Joyce Carol Oates: Bestias.
Papel de liar. Traducción de Santiago Roncagliolo.

El profesor André Harrow (o Sr. Horror: la pronunciación en inglés es casi idéntica) y su totémica mujer ejercen de maestros de ceremonias de tinte escabroso en las que participan sus discípulas.
El horror existe y producirlo está al alcance de cualquiera. Las chicas viven su fascinación por la pareja docta como enamoramiento y son manipuladas. «Somos bestias y ese es nuestro consuelo», repiten como lema. Las bestias no tienen moral, no sienten culpa. Obedecer a su principio es rescatar a los dioses antiguos —las pasiones, las obsesiones, los apetitos— y no temerlos.
«No puedo vivir sin vosotros», dice Gillian poco antes de que todo termine.
«Nosotros tampoco queremos que vivas sin nosotros, chérie».
La poesía erótica de D. H. Lawrence acompaña, como bajo continuo, el argumento.
*Nota: veinticinco erratas en 158 páginas no restan un ápice de valor a la novela pero entorpecen en algunos momentos su lectura.