Escalo hasta la cima de mi alma. Desciendo hasta la sima de mi conciencia. En la cumbre se atisba el bien. En el fondo se vislumbra el mal. Alpinista Jekyll. Espeleólogo Hyde.
Cuando vuelvo a la superficie y lo cuento, nadie me cree: -¿Cómo puede un pobre diablo practicar deportes de riesgo?