vuela

a Lola, que vuela de purita gravedad


Muchacha real que sobrevuelas las quiméricas horas,
llevo tu real corazón en la cuna de las manos
como un frágil despertador de cristal
que protejo del granizo del tiempo seguro
interponiendo al aguacero mi amor atemporal.

Muchacha real que sobrevuelas las quiméricas horas,
mira qué diluvio de minutos de Damocles
sobre la larga carretera de afilado sílex
que hiere a este hombre descalzo
en su premioso paseo por evitar
el vertiginoso rebaño de automóviles veloces
que regresan a salvo al parking del erial.

Muchacha real que sobrevuelas las quiméricas horas,
eso que sostiene tu vientre ingrávido es mi mano terrenal.

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