En la agenda de mi móvil hay todo tipo de nombres, pero la casualidad ha hecho que haya nueve Marías. Para distinguirlas he puesto la inicial de su apellido. Está María M., María H., María C... y así hasta llegar a una tal María X. Me extraña tanto esa X. La verdad es que no recuerdo quién es y me preocupa. No creo que sea de trabajo, de modo que sólo puede tratarse de la 'otra vida', esa en la que uno intercambia móviles con demasiada ligereza. Seguro que por alguna parte de Europa hay algún teléfono con un tal Rafa X. del que su propietaria no se acuerda y tampoco quiere llamar.
Y es que, a veces, es alcohol es muy malo.