Qué bonita estás cuando eres
Pon la mano aquí. Los años no importan.
En realidad nada termina ni tampoco empieza,
qué insoportablemente lineal resulta el transcurso de todo.
Pero pon la mano aquí. ¿Ves como terminan y empiezan los años?
Qué bonita estás cuando piensas.
Cada segundo expira idéntico a una muerte épica en la cumbre, cada segundo quiero besarte.
¿Por qué no nos besamos cada segundo, cada milésima de tiempo®? Deja la mano ahí.
Qué bonita estás cuando pones cara de dudar y estás segura.
¿Por qué no abandonamos el transcurso de todo y transcurrimos? Tú y yo.