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El inmenso miedo sólo es inmenso
a partir de tus cabezas,
haciendo de ti su recorrido,
de tu espíritu su canto.
En algún lugar la criatura
desea abandonar tu cuerpo
para observarte,
generar tras el dolor silencio.
No le abras los brazos.
Cuando el fruto cae
debe pudrirse
antes de alimentar la tierra.
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Del libro inédito: "SIAMESA"