(Fotografía de Stephen Workman : Black Nativity 2)
Canción para follar cuando el frío
-dicen que-
está
ardiendo.
Para cuando
para que
huela a incendio.
Repaso tus vértebras con el dedo índice. Siempre se me olvida una. Siempre paso de la 9 a la 11. Siempre vertical. Es por los números pares, las parejas tienden a formalizar sus tactos los días impares. Es por las mareas, que los días pares se mecen estables, indelebles, apabullantes. El olvido es la gota que las colma. Así, bien calmadas, así bien ahogadas. Así, sólo apagar los temblores y mordiscos que nos dimos en los nervios las noches que fuimos sábanas. Así, nos hacemos calor y nos herimos con los pálpitos horizontales. Sólo eso sabe salado. Y nos borramos desde la cresta al agujero. Y nos lloramos dentro desde el desgarro.
Repaso mis vértebras repentinamente. Nunca olvido alguna. Cierro los ojos con las pares y me pellizco con las impares. Me encojo ante la simetría de los números en mis manos, ante el equilibrio de los quistes de los símbolos que hacen los días no vividos algo más cálidos.
Como carne.
Carne bajo las uñas del límite estable.
Somos marcas en la frente.
La primavera tiene un secreto.
Vamos a la cueva.
Vamos a follar(nos).
Vamos a arrugar(nos).
Vamos a dibujar paréntesis complejos
en el apetito
de nuestros huesos
animales.
(Este híbrido entre poema y texto prosaico se construye con la fusión poémica de tres canciones,
todas ellas en castellano. La primera de Aroah, la segunda de Love of Lesbian
y la tercera de El columpio asesino.
Clicad donde las letras son moradas
en vez de blancas para llegar a ellas).