eleanor smith |
No soy original. Siempre me repito. Flores -amapolas, geranios o jazmines- pájaros, azules, noche y suicidio. Tal vez éste sea el motivo por el cual mis poemas mueren antes de ser leídos o el porqué de la ausencia de sentimientos a todo lo que me rodea. No conmuevo a nadie, ni produzco admiración. No soy un ejemplo a seguir, tan sólo una mancha oscura que se deshace al pasarle un trapo viejo por encima. Y después llegan las canciones que -como no podía ser de otra manera- suenan en otras casas pero no en la mía.
Un viejo disco de pasta -Bob Dylan o Neil Young- cuando me pongo poética, olvidando que es más power el punk o más cool ser grunge.
Y ahí voy de nuevo. Contando historias de amores trágicos o mujeres que quieren morirse enterradas en cementerios plagados de orquídeas o mariposas negras. Yo soy ésa y no.
Sí. Me repito. Soy un plagio de mí misma incluso cuando digo palabras hermosas, sabiendo que las expreso a personas que no tienen oídos.
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