Mi ultimo trabajo del día de ayer fue un Steinway de principios del XX. Su propietaria resulto ser una abogada que acababa de llegar a casa muy cabreada después de pasar el día discutiendo con sus clientes en la cárcel. La afinación de un Steinway es algo más compleja de lo normal y para comprobar el resultado, improvisé algo casi sin pensar. Me salió el principio de uno de los Planetas de Holst, concretamente Júpiter. Ella se sorprendió, me miró, y luego me preguntó si sabía tocarla a cuatro manos.
Estuvimos un cuarto de hora dale que te pego, muslo contra muslo, desahogándonos y divirtiéndonos.
Al acabar, hicimos lo mismo en el sillón, ya sin música ni piano.