Escritores autopublicados en Amazon: el fenómeno indie


Amazones una jungla de libros donde coexisten miles de especies diferentes, aunque algunas se convierten enseguida en líderes del rebaño. La versión digital del ilustrísimo Don Quijote de la Mancha (que puede descargarse gratis) aparece al lado de Cincuenta sombras de Grey, por 9,49 €. Pero no solo conviven clásicos y superventas. Además existe un grupo de autores independientes que publican por su cuenta y tratan de abrirse camino sin ayuda de nadie, machete en mano y a pecho descubierto.    
 
Amazon no solo vende toda clase de libros, sino también toda clase de cosas: videojuegos, relojes, zapatos, guitarras… Sin embargo, se ha convertido en el portal de referencia para comprar e-books. También en la lengua de Cervantes, en especial desde que se asentara su filial española, Amazon.es. Miles de escritores han publicado sus obras en esta inmensa librería online. Libros sobre cocina, sobre tenis, sobre automóviles, sobre cómo vender tu libro en Amazon… y también novelas, relatos y poesías de autores que, algunas veces, han emergido del completo anonimato para alcanzar un éxito rompedor. Son los llamados indie, que tienen su propia sección en el gigante de internet.
 
Cada vez es menos extraño que un escritor se autopublique en Amazon y después sea fichado por una editorial para ser publicado en papel. Es una estrategia que reduce el riesgo en estos tiempos en que cada inversión provoca ardores de estómago. Amazon realiza el estudio de mercado para el que no hay tiempo ni dinero en un sector en clara sobreoferta. También surgen editoriales especializadas en la publicación digital, como B de Books. Rastrean a los nombres que están triunfando en Amazon y los incluyen en sus catálogos, contribuyendo a la difusión de sus obras.
 
Quienes nunca dejarán de correr riesgos son los escritores. Autopublicarse tiene consecuencias. Para empezar, sus libros dejan de ser inéditas y, por tanto, inhábiles para la mayoría de concursos y editoriales que aceptan manuscritos. Además, no debe olvidarse que el mercado de los e-books, el punto fuerte de los autores indie, solo supone alrededor del 4% de la facturación del sector literario, según los informes del Observatorio de la Lectura y el Libro 
 
¿Cómo existir en Amazon?
 
Casi ninguno de los indie escogió Amazon como primera opción. Carlos Moreno Martín, autor de la Saga Quinox, reconoce que la autopublicación “sigue siendo un experimento”.  Pero no es una aventura que se afronte en solitario. Hay muchos colegas que están dispuestos a echar una mano: “Si en algo se caracteriza esta manera de publicar es en la ayuda que nos prestamos los unos a los otros”, asegura. Estos escritores de nuevo cuño no se definen por la posesión de un ego arrollador, sino por asociarse con otros compañeros. Para ello forman grupos en Facebook, Twitter o Google + en los que se dan consejos y se promocionan los unos a los otros. Incluso generan espacios y comunidades propias como Generación Kindle, cuya web no para de generar noticias acerca de sus andanzas. Saben que en solitario no son nadie, pero juntos adquieren fuerza.
 
Las ventajas no son pocas. Francisco José Palacios,  autor de El alma que vistes, destaca “el beneficio de la inmediatez”, ya que en unos pocos minutos puedes ver tu libro publicado, en vez de tener que esperar durante meses la improbable respuesta de una editorial o a la providencia de los concursos literarios. La segunda ventaja es “el control de las ventas”,  que es posible seguir casi a tiempo real. Además, “con una buena red de contactos que comenten, valoren y promocionen tu obra en las redes sociales, las ventas están casi aseguradas”.
 
Otra ventaja para los autores es que el porcentaje de sus derechos de autor es muy superior a lo habitual en papel, que se sitúa en torno al 10% del precio de venta en las librerías. Iván Hernández, cuyo libro La protegida Wittman se codea en las primeras posiciones de la lista general de Amazon.es con clásicos como Henry James o escritores superventas como E.L. James, explica que el precio de venta determina ese porcentaje: “Si lo vendes a 1 €, ganas 0,30 €. Si lo vendes a partir de 2,79€ tu beneficio sube hasta el 70%”. Sin embargo, “la gente gasta 1 € por un desconocido. 3 € es más difícil, 5 € impensable”.
 
Muchos indie optan por poner el precio mínimo a sus obras: 0,89 €. Es la manera  de competir con los libros publicados por las editoriales, que suelen tener un coste muy superior. Vender más por menos, esa parece ser la estrategia más provechosa. Amazon permite subir y bajar los precios tantas veces como el autor lo desee, e incluso ofrecer la obra gratis durante unos días con el objetivo de ganar mayor visibilidad.                     
 
No solo las ventas son importantes. También las valoraciones y los comentarios influyen en la captación de nuevos lectores. El mundo virtual favorece las trampas. Algunos se crean cuentas falsas para poner sus propios e-books por las nubes, compran muchos ejemplares para que aparezcan entre los más vendidos de su género o critican a mansalva las obras de sus compañeros. En esta jungla también hay quien ni vende ni deja vender, o al menos lo intenta. Para darle mayor seriedad al asunto, Amazon ofrece al comentarista la opción de demostrar que ha comprado el libro.   
  
¿Qué pasa con las editoriales?
 
Amazon es una amenaza para el negocio tradicional de las editoriales, basado en la venta de libros físicos. O tal vez no. Sobre este tema no hay ningún consenso. José Enrique Serrano Expósito, autor de varios libros autopublicados, cree que “la temen; consideran a esa multinacional un competidor peligroso... aunque algunas aplican aquello de si no puedes con ella, únete a ella”. Afirma que algunas editoriales “se molestan si ven tu libro en Amazon”, si bien esto sucede cada vez menos.        

Francisco José Palacios dice que, al principio, “las editoriales tradicionales han visto en Amazon un enemigo, pues los costos que maneja dicha plataforma son tan bajos que permiten unos precios ridículos”. Pero con el tiempo han aprendido que “Amazon no es una amenaza, sino una oportunidad”, tanto para vender en formato digital como en papel. Blanca Miosi, una de las escritoras más vendidas en Amazon, tiene claro que las editoriales han de  “adaptarse a los nuevos tiempos” ya que “está comprobado que muchos de los manuscritos rechazados han funcionado de cara al público”.
 
La existencia de las editoriales tal y como se han entendido hasta ahora está en el centro de la discusión. Los lectores y autores tienen la posibilidad de suprimir las barreras que había entre ellos y comunicarse de manera directa. Esto permite a los escritores conocer de primera mano las reacciones que genera su obra y actuar en consecuencia. Carlos Moreno cree que el filtro de las editoriales ya no es necesario porque “el hecho de que haya un sello detrás de una novela no implica calidad”. Asegura que quienes tienen prejuicios negativos hacia los autopublicados “se sorprenderían de las historias que se están perdiendo”. Iván Hernández se pregunta “¿quién es una editorial para decidir lo que se puede o no se puede leer?”, mientras José Enrique Serrano considera que “la gente cada vez se fija menos en lo que dicen las editoriales a la hora de escoger un libro”.                 
 
Ellas tienen su propia versión del asunto. Según el Departamento de Comunicación de  Ediciones aContracorriente, “lo que sí es necesario es el filtro de calidad de las obras para preservar las bases culturales de la escritura”. Ahora bien, reconocen que si un autopublicado “realiza un trabajo de corrección gramatical y estilístico profesional y es capaz de lograr una visibilidad y distribución decente, no necesita una editorial para nada”. Pero este sello no deja de ser una rara avis en el mundillo, ya que conciben las editoriales como “agencias de servicios para escritores”.
 
Antón Castro, escritor y periodista gallego, es de una opinión bien distinta. Cree que ahora “cualquier cosa que escribimos nos parece que es una obra maestra y que debe leerla todo el mundo” y que si no te publican puede suponer “un estímulo a mejorar, aunque las editoriales se equivocan mucho, felizmente”. Considera que “el universo digital es un gran enigma, un pozo sin fondo”. Francisco José Palacios reconoce que muchos de los libros que se publican en las plataformas virtuales “no alcanzan una calidad mínima para que ninguna editorial quiera publicarlos en papel”, si bien “entre tanta paja se pueden encontrar obras de una calidad literaria impresionante”.                                   
 
En lo que coinciden todos los indie es en la puntualidad de Amazon en los pagos y en la sencillez del proceso de autopublicación para cualquier persona acostumbrada a usar ordenadores. Basta con seguir las instrucciones que te proporciona su página web para introducirte en la jungla digital. Lo difícil no es llegar, sino evitar que te aplasten quienes tienen una posición de dominio. Al escritor le espera un trabajo duro: crear o encargar una buena portada, corregir su obra, promocionarla… Solo unos pocos saldrán bien librados, pero los autores de mayor éxito pueden ganar más de mil euros al mes. Ya se sabe que ser mileurista en estos tiempos que corren no es ninguna tontería, pero si además lo consiguen cumpliendo el sueño de publicar sus libros, ¿qué más se puede pedir?

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