Había oído hablar tanto del invierno que,
cuando hacía ya meses que sus hermanos aguardaban embotados la ocasión en que serían invitados a la cocina,
cuando hacía ya meses que sus hermanos aguardaban embotados la ocasión en que serían invitados a la cocina,
nuestro tomate -movido por una insana curiosidad-encontró la manera de ocultarse en la planta y esperar.
Quizás, su último pensamiento fuera si había merecido la pena conocer la primera helada.