qué decir de gioconda belli que no se haya dicho ya



Qué.

Puedo decir que Belli nunca ha sido una de mis autoras más queridas, que tengo que encontrarme en determinado estado de ánimo para querer su escritura, tan optimista y vital, en la que incluso los principales actos de crueldad aparecen revestidos de misticismo, de santidad, de afecto y cariño.

Qué.

Que esto no significa que no pueda apreciar la importancia ni la peculiar personalidad de Belli. Que esto sólo indica que pocas veces estoy lo suficientemente abierta como para querer ver sus mundos, mundos en los que el amor existe y guía, en los que el amor es sabiduría, en los que todo sucede por el bien de un fin mayor.

Qué.

Que considero a Belli una gran narradora a la que siempre imagino en un contexto antiguo, primitivo, en el que los medios de comunicación no existían más allá de la voz, en el que la única forma de transmisión era la palabra pronunciada. La imagino como una gran contadora de historias que se remontan hacia el pasado invisible, como una memoria viva, un personaje respetado dentro de aquellas sociedades, venerado y necesario. Sin duda Belli es, en sí misma, un recipiente cultural e histórico dotado además de una imaginación increíble.

Qué.

Que "El infinito en la palma de la mano" es lo mejor que he leído de ella hasta la fecha, más allá de su poesía, más allá de su mujer habitada. Aquí sí, Belli me alcanza. Conectando el mito de nuestros padres bíblicos con documentos perdidos y con su percepción personal del mundo crea una historia saneada, llena de matices que precisan y enriquecen el desarrollo de la historia de Adán y Eva. Es éste un libro entrañable y violento del que guardo un recuerdo intenso. Admiro mucho su iniciativa, sus años de investigación y análisis, y admiro el resultado.

Qué.

Que Belli conquista con este libro a una lectora que parecía imposible.

(Habla Serpiente)

"Él prefiere que ustedes sean tranquilos y pasivos, como el gato y el perro. El saber causa inquietud, inconformidad. Uno cesa de aceptar las cosas como son y trata de cambiarlas. Mira lo que hizo él mismo. En siete jornadas sacó del Caos cuanto ves. Concibió la tierra y la creó: los cielos, el agua, las plantas, los animales. Al final, los hizo a ustedes, el hombre y la mujer. Hoy está descansando. Después se aburrirá. No sabrá qué hacer y de nuevo seré yo quien tendrá que apaciguarlo. Así ha sido desde la Eternidad. Constelación tras constelación. Las crea y luego las olvida."

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