Aquí el frío es la caricia, el abrazo que recuerda, pronto, pronto estarás en el lugar de siempre. Sueño con animales en la camita de noventa, sueño que me llevan, cabalgo a través de las ciudades para llegar hasta los árboles. Para llegar y quedarme, y no volver, porque cómo duele esta ausencia aún en el nido, cómo duele saberlos lejos y yo aquí, en este cuarto que es la cárcel del ave que me habita.
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