Mi amor: comprame todos los libros de María Negroni, y no te olvides que también quiero la poesía completa de Hugo Mujica. Yo no puedo, estoy ocupada leyendo Susana Thénon, pensando en las fotos que quiero hacer, escribiendo, traduciendo (si pudiera). Vos no vas a comprender nunca mi vida pero eso no está mal, solamente comprame todos los libros, haceme bibliotecas inmensas para mi alegría, dejame siempre los libros de regalo debajo de la almohada, y cuando nada me alcance salí corriendo a comprar otro. Yo no puedo, estoy ocupada pensando en las obras que no pinté, en las que destruí, y en los libros que jamás leeré.
Quiero todos los libros de poemas alrededor y no saber cuál elegir entre tanto, quiero leer hasta saber que no me alcanza la vida y me provoque llorar.
No te preocupes cuando lloro, es una desesperación terrible y nada más.
Cuando me prepares la cena (yo no sé cocinar, te acordás, ¿no?) leeme un poema de Adrienne Rich y otro de Anne Sexton. Cuando me abraces aprendete uno de memoria para cada vez, y si sonrío recordame que también tengo que seguir leyendo Maya Angelou. Cuando me despierte teneme el desayuno listo y siempre un libro nuevo. Yo te voy a mirar, feliz, y voy a pedir otro y otro. Tenelos preparados porque no hay tiempo (¿te dije que el tiempo no existe?).
Quiero todos los libros de poemas alrededor y no saber cuál elegir entre tanto, quiero leer hasta saber que no me alcanza la vida y me provoque llorar.
No te preocupes cuando lloro, es una desesperación terrible y nada más.
Cuando me prepares la cena (yo no sé cocinar, te acordás, ¿no?) leeme un poema de Adrienne Rich y otro de Anne Sexton. Cuando me abraces aprendete uno de memoria para cada vez, y si sonrío recordame que también tengo que seguir leyendo Maya Angelou. Cuando me despierte teneme el desayuno listo y siempre un libro nuevo. Yo te voy a mirar, feliz, y voy a pedir otro y otro. Tenelos preparados porque no hay tiempo (¿te dije que el tiempo no existe?).
Ah, si pudieras conseguirme algo de música, quiero decir, algún violinista de esos que te hacen viento en el pecho…
Yo apenas puedo con tanto, entonces, mientras leo y pienso y me ocupo de la tristeza de no tener todo y cuido mis maravillas, escucharía el instrumento como si fuera a caberme en los zapatos, y andaría por la casa, desesperada, diciéndote que te apures, que es urgente el tema de los libros pero que la música ayuda.
Quería contarte, encontré los poemas completos de Maya Angelou, quisiera traducirlos, todos para vos. Como si fuese una especie de agradecimiento feroz, pero lloro cuando los leo. Creo que me enamoré de ella y de su obra, y posiblemente ya no pueda dejarla, y también estuve con Sarah Kane y quise hacer mi versión de Crave, pero fijate que tampoco me animo porque es lo más parecido al infierno y es violento y hermoso. Pienso que tiene algo de tu belleza. Vos yendo y viniendo con pilas de libros para mí, entrando y saliendo de la casa, tu cara iluminada desde mi perspectiva, preguntando si ya estoy conforme y entonces digo que no, y volvés a salir y la música siempre, mi amor, qué haríamos sin la música.
Podríamos ir al teatro, por ejemplo. O visitar algún museo, hace tanto que no voy. Pero no conviene porque me creo muy sensible y me puedo emocionar. Y si los actores no son buenos qué hago. Yo les diría desde la sala un abandono y un abrazo y ellos estarían perplejos y vos te avergonzarías de mí y querrías dejarme y quién me va a regalar tantos libros, tantos libros como necesito, y quién me va a decir buen día en el poema. Y si vamos a un museo yo te diría cuáles son mis artistas preferidos y estaría fascinada, etcétera, y después te aburrirías porque me abrumo tanto y no puedo con la idea de no tenerte no puedo con la idea no puedo y quiero que me abandones siempre para escribirte una carta que te conmueva y pienses en volver, pero no tardes porque necesito, es urgente, que me compres la colección completa de María Negroni, no te olvides, y cuando la traigas nos vamos a sentar en la hamaca de la abuela y el viento nos va a dar en la cara y me va a enredar el pelo entre los poemas y yo te los voy a leer como si estuviéramos descubriendo un dolor nuevo y cuando me quiera morir y llore, vas a abrazarme y decir que me preferís así, que sonría con el dolor más perfecto, y que qué orgullo tenerme.
De noche me vas a pedir que hagamos el amor y claro, otra vez la belleza de las luces y tu cuerpo y tengo que escribir porque no puedo, porque no soporto tu belleza, porque el deseo y las luces y el cuerpo. Andate, dejame sola, buscame más libros, o no, mejor volvé, acurrucate así te leo Maya Angelou en inglés y no entiendas por favor, no te atrevas a comprender el amor en otro idioma.