Hace unos días, falleció Quintín Racionero. Fue el profesor que me dio la primera clase de Filosofía en la Facultad. 20 años después lo volví a tener de profesor, de la misma asignatura, en distinta carrera, en otra universidad. Veinte años no eran nada, seguía siendo igual de amable y generoso.
Fue el quien me enseñó los líos que se traían Heráclito y Parménides. Recuerdo que, en aquella primera clase, nos advirtió: "Desde Parménides, todo está escrito. La Historia de la Filosofía no es más que intentar conciliar a estos dos pájaros". Qué coincidencia que yo los haya traído a los dos hasta Patacosmia recientemente.
Era un buen tipo, con buen corazón y gran sentido del humor.
Descanse en paz.