restos



jan saudek



“Es sólo un momento, este tiempo pasará…”

U2



A veces, por más que me esfuerce hay cosas que no tienen sentido. No valen nada. De nada sirven.
Por ejemplo, amar. Amar sólo produce dolor y desengaño. Yo no debería amar jamás. Primero, porque no soy una mujer que haya nacido para ser amada, y esto es así porque ni siquiera mi padre me quiso al momento de concebirme. Luego, basta que ame, que quiera a alguien para que no sea suficiente. Mi corazón, mis sentimientos, no son suficientes. Nunca.
Quiero, deseo y espero; pero no hay nada para mí a cambio.
Otras mujeres, más hermosas o hermosas -ya que yo no lo soy, yo soy muy poco, tal vez un holograma- disuelven mi amor ofrecido con sus palabras insinuantes, sus gestos y cómo no, sus cuerpos perfectos. Besos a ocultas, que quedan al descubierto, momentos pasados que reviven en un presente rojo -para ellas- tiñen de negro mi presente, matando toda posibilidad de futuro. Mi jardín se seca y las flores son el obsequio de estas otras. Para mí no hay flores, sólo el polvo que se dispersa en el aire hasta desaparecer y no huele ni a sándalo o ámbar.
Días noches tristes, con la ilusión y la fe, regaladas a estas preciosas de boquitas pintadas mientras mi cuerpo sangra a borbotones la indiferencia a un costado, porque siempre estoy al margen.
Y rezo por vivir un día la vida de las perfectas, pero no, dios nunca me escucha o quizás no exista, como dicen los anarquistas.
Restos. Sólo soy las migas sobre la mesa que un viento tira al suelo cuando se deja abierta la ventana, así al descuido.


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