eleanor smith |
Ella creía estar en el cielo, pero sólo eran pequeños instantes fugaces. No había realidad posible más que la ficción de los sueños y aunque cabía oportunidad para las ilusiones, no se las permitía. No. No podía habitar la fe roja de firmamentos eróticos, cuando la marea golpeaba en otras puertas, de miradas provocadoras y boquitas pintadas silenciosas que hablaban el lenguaje de señas y la traducción de su lectura significaba: "voy a comerte y sé que también vos vas a comerme, aunque te acuestes por favor con otra.
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