paz de vos


Entre vos y yo
estallan pequeñas guerras,
no grandes ni mundiales,
pequeñas digo y acaso
inconfesablemente deseadas
por los dos.

Esas escaramuzas
en las que vos no existe
y yo insisto
están llenas de palomas blancas
que asesinan habitaciones
por causa de los cielos.

Porque vos no existe
ni asiste,
mas nunca desiste
en asirse
a mis anhelos románticos
no pragmáticos
ni prácticos
de que vos exista.

Linda crueldad
que no existe
pero embiste
la fortaleza de prefabricado
de mi corazón.

Allá pone vos
sus cuarteles estratégicos,
bellos antiaéreos,
brillantes balas,
alambradas con puítas de robín
que parecen desde acá
hilos de oro
o cabellos suaves como cunas
o terrosa luz de otoño,
pero que son a la vera de vos
alambradas con puítas de robín
que pinchan y no son.

Y desde allá vos
dispara su inexistencia
a mis fuertes de algodón
y cartulina azul
dejándome vencido,
otra vez en ruinas
y un muchito más triste
y otra vez en paz.

Una paz definitiva, buena,
una paz terrible
sin vos.

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