En los aviones se producen todo tipo de historias, hilarantes, absurdas, ridículas, verdaderas tragedias, o directamente películas de terror. En este caso hubo humor, tan necesario para contrarrestar a los inquisidores de cada día, que tienen una casa bajo cada piedra.
En mi vuelo Nueva York-Los Ángeles, uno de los pasajeros comenzó a estornudar repetidas veces. En cada ocasión, un azafato respondía con un respetuoso: "God bless you", nuestro "Jesús" patrio. La cosa fue que el pasajero siguió estornudando sin redención, una y otra vez, y el azafato no estaba por la labor de ser maleducado. Ya partida de risa, la mitad del pasaje esperaba el siguiente e inevitable estornudo, para escuchar el "God bless you" de ritual. Los mismos pasajero y azafato ya no podían evitar la sonrisa. Hasta que en el estornudo número ni se sabe, alguien se adelantó al azafato: "Rest in peace, man", Descansa en paz, tío.