Yo, una vez, soñé que soñaba y me tuve que despertar dos veces para levantarme de la cama. La primera desperté en un sueño pensando que era la realidad. Fue desconcertante ver a Cate Blanchett prepararme el desayuno con un albornoz sin cinturón. Me dormí luego en el sueño para volver a despertarme, ahora sí, en mi vida. Olía a tostadas quemadas y el café se había salido.