(Fotografía de Ferrán Cubedo)
A veces
cuando cae el pálpito al suelo,
emerge el hielo
y se acelera el vértigo;
a veces
cuando las extremidades tiritan,
tiembla el labio -sin saliva-
y los rasguños crecen;
a veces
cuando siento un punto ciego bajo el corazón
y sé que terminaré dentro.