Sembrar piedras
Existen distintos tipos de violencia, y la física es tan sólo una de ellas. No justifico ni apruebo la violencia callejera: una vez que empieza, nadie sabe ponerle límites. Pero se me hace difícil no comprenderla. Más todavía si, como de costumbre, la policía contesta a cada piedra con diez disparos. El 15-M ha sido ejemplarmente pacífico en sus protestas. Ningún responsable político tomó en cuenta sus reinvidicaciones. Lo siguiente, porque es inevitable, será que algunos manifestantes pierdan definitivamente la paciencia. Y entonces no valdrá aferrarse al civismo como reproche fácil. Mientras el Gobierno de turno no entienda que ciertos recortes, despidos e injusticias resultan tan violentos como un golpe en la frente, estará sembrando las futuras pedradas en la calle. Cualquier presidente se daría cuenta. ¿Hay alguien ahí?