Un pequeño relato que nos transmite una lección simiesca.
Si os gusta, comed un plátano.
Si no, comed una manzana.
Pero os guste o no, no dejéis de comer siempre siempre siempre, mucha fruta.
Algún día agradeceréis este consejo.
DE CUERDAS Y BANANAS (pinchad en el enlace)