adiós gorrión 2012-08-21 21:31:00

Y no sé, te digo, toda esta suciedad, toda esta suciedad entre las manos, aquí en las calles, en este lugar enloquecido que es la ciudad en el verano, con el calor y la deshonra, y el sudor de tu cuerpo que sabe a flores y certezas. Y no sé, qué será de lo que somos, porque qué voy a saber si solo soy un loco, si solo soy un niño, el hijo de la pobreza de otro tiempo.

Tus ojos se abren y me miran.

Huelo el miedo, allá en el fondo, allá en tus pupilas dilatadas. Abres la boca y de tu lengua nacen los gusanos, el eco de una voz que fue una vez como un colchón de plumas. Pero no dices nada, y yo intuyo, como tantas otras veces, la vibración de tu cuerpo, el temblor tras la piel humedecida, la gana de correr y no mirar atrás, no mirar para no sentir, para no quedarse. Porque quedarse es fácil, pero de una crueldad insoportable. Porque quedarse es la muerte y tú no, tú no quieres morirte, no aquí al menos, no ahora, no cuando sudas y lloras y los días son tan largos.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*