Regresas del invierno con el invierno a cuestas
-cuando es invierno en el mar del Norte-
aterrizando al fin en este bulto
de país
como quien pisa un bosque que ya ha ardido.
Traes la desazón y la esperanza
y fotos de lugares que no existen;
de vidas improbables;
de firmamentos raros.
Sólo hay viaje
porque tú has regresado; sólo hay viaje sin viaje.
Y en la cena hablarás de los desiertos
que ya apenas lo son tras conocerte.
B. C.