(Ex)oxitocínicos.

(Imagen de paja_pija)

[Pasado]
Fui oxitocina durante veinte segundos, trece gemidos y siete alaridos de gaviota. En la calle había demasiada luz, demasiados desconocidos de ésos que son grullas en el pajar de sus cabezas y demasiada piel quemada hendida en el agua, en la sal, en las palabras que nunca insinuamos a la arena. Por eso nos refugiamos en el hogar robado, en el hogar raquítico donde huele a detergente y un retazo de maniquí nos camufla de la locura con su pie, con su pierna, con su enfermo color carne.
Fui oxitocina y tu también. Fuimos segregados equidistantemente en el agujero del colchón, en la angustia de las sábanas, en el abrazo roto por las horas, por la claustrofobia del mañana que ya es hoy.

[Presente]
Las hormonas me hacen escribir, tachar, fumar y entonces el gas muere, huye, y ellos miran, ellos escudriñan entre los bártulos, entre las aceras, entre las picaduras del verano.

[Presente II]
Ahora soy una solitaria que espera, espera al tiempo, espera obviando el verbo, espera con los ojos muertos y suda, suda tanto que el ventilador sólo seca y los idiomas se mezclan y la oxitocina nos deja.

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