LA CULPA ES DE UNO CUANDO NO ENAMORA…




La culpa es nuestra. No nos engañemos. La culpa es nuestra y de nadie más. La democracia exige al ciudadano. La democracia para sobrevivir, es fatigosa, no sale gratis, quiere, necesita, reclama el esfuerzo de todos, la constante, permanente y celosa atención. 

Pero no exclamemos ahora con un grito ignorante, irresponsable: yo no lo sabía. Todos los sabemos. Todos sabemos en nuestra vida privada y particular (los griegos tenían un término para nombrar a aquel que en lugar de convivir como ciudadano se dedicaba a sus asuntos: IDIOTA) que hay que exigir cuentas y responsabilidades cuando encargamos un trabajo o servicio y nos lo entregan o realizan. Es lo que se llama la "revisión de entrega de obra". Bien, pues esto tan de sentido común, esta naturaleza de fiscal cuando se trata de algo que nos incumbe a nosotros mismos, hemos olvidado ejercerla, dejado de ejercerla, por pereza, vagancia, ignorancia, cuando se trata de aquello que nos afecta por encima de todo, a todos, a todos nosotros, quiero decir, nunca hemos pedido cuentas a quienes han ejercido y profanado el sagrada ejercicio del poder político cuando se van. Así nos luce el pelo. Exijamos cuentas a todo el que en algún momento ha tomado alguna decisión, por pequeña que sea, que afecte al conjunto y al todo. Los griegos -qué pensarán aquellos griegos viendo ahora a sus descendientes....- lo hacían con sus estrategos, no importaba que ganarán o perdieran la guerra, si no habían obrado conforme a las normas, eran condenados al ostracismo o, en el mejor de los casos, a muerte.

Pero claro, eso exige un esfuerzo constante por parte de cada uno de nosotros. La democracia exige de nuestro constante esfuerzo y sacrificio para funcionar, sino, pasa lo que está pasando, una degeneración perversa y perniciosa de la misma, de lo público, aquello que Platón llamara demagogia y también teatrocracia. 

Así que, y ya termino, la culpa es nuestra por haber dejado lo público, lo que a todos nos incumbe, en manos de unos mequetrefes. Somos reos de haber permanecido en el sofá mientras sabíamos o ignorábamos -son igualmente comportamientos delictivos- que estaban desmantelando el espacio y las condiciones que posibilitaban una mejor convivencia. Y no hicimos nada. 

No saltemos ahora por unos cuantos recortes. El tema es mucho más grave y va a exigir de nosotros que nos enfanguemos un poco má,s hasta dejar bien limpia la clase política, la casta de políticos codiciosos y lamentables que hemos dejado crecer en nuestro huerto como malas hierbas, hasta que lo han invadido todo. No se trata de lo fácil de criticar ahora a la derecha. Esto clama una catarsis completa, reclama una avioneta con suficiente sulfato para erradicarlos a todos. La memoria corta es tan perversa como la falta de miras.
Ahora sólo queda un camino si queremos recuperar la dignidad y tener alguna causa (después de haber desperdiciado tantas...): LA REVOLUCIÓN
Salud

Ps: En el día que se cumplen 123 años de la Revolución Francesa

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