Me acordé de tu blog el otro día. No sé si la periferia de Madrid tiene límites. No sé si Coslada es periferia o territorio lunar sin más. Pero acabé durmiendo ahí y pensé en cómo describirías esa calle de sol y el desayuno de caña y tortilla de un domingo postboda. Nada de lo que vi le serviría a Muñoz Molina. Ni rastro de Manhattan.
Seguro que la periferia de Tragacete mola más. Un día regresaré a Coslada. Un día te molestaré para pedirte consejo. Hoy, no.