Adrián Díaz: «Los clubs de lectura tradicionales tienden a ignorar la ciencia ficción»


Club de lectura Ciervo Blanco. Hemos hablado con Ádrián Díaz, creador de Ciervo Blanco, un club de lectura con una amplia selección de títulos que luego puedes degustar en grupo de manera online (debido a la pandemia). Esto es lo que nos ha contado sobre lo que se esconde detrás de los clubs de lectura. ¡A leer se ha dicho! (Fotografía: parte del equipo de Ciervo Blanco. Adrián Díaz, en el medio)






P.- ¿Cuándo y cómo se gestó Ciervo Blanco?

R.- Ciervo Blanco surgió en 2013 como una alternativa a los clubs de lectura tradicionales al uso, gestionados normalmente desde bibliotecas o librerías, en los que todavía hoy tienden a leerse o bien libros muy clásicos o bien los best sellers más exitosos, pero no las publicaciones que a nosotras nos apetecía leer por aquel entonces. Hay obras de mucha calidad literaria que no responden al fenómeno comercial del momento y que son, sin embargo, aclamadas por sectores de la crítica o por un determinado nicho de lectores, y existen también géneros enteros, como pueda serlo la ciencia ficción, que los clubs de lectura tradicionales tienden a ignorar. En Ciervo Blanco buscábamos lecturas con un mínimo de calidad literaria al margen de las publicaciones comerciales y que fueran más allá de los títulos clásicos consagrados. Descubrimos que había mucha gente en Madrid que también quería leer esta clase de literatura y poco a poco fuimos creciendo desde los cuatro asistentes a la primera tertulia hasta las casi cuatro mil lectoras que hoy forman Ciervo Blanco generando desafíos logísticos para algunos libros cuando las tertulias se masifican.


P.- ¿Cuál fue tu máxima a la hora de crear el proyecto?

R.- Al hilo de lo anterior, poder dar una dimensión social a los libros al compartirlos con otros, y leer libros que de verdad nos apeteciera leer. Normalmente la lectura es un acto muy íntimo; las interpretaciones, ideas y sensaciones que nos deja un libro se rumian a solas, y es raro que de la casualidad de que un amigo, un compañero de trabajo o un familiar se esté leyendo el mismo libro al mismo tiempo que tú. Un club del libro permite socializar esas impresiones y expandir nuestra propia percepción de la obra.


P.- ¿Por qué elegiste este nombre para este proyecto literario?

R.- El nombre del club está sacado de un libro de Arthur Clarke titulado Cuentos de la Taberna del Ciervo Blanco, un recopilatorio de relatos en el que un grupo de habituales se reúne periódicamente en una suerte de bar para resolver diversos misterios a partir de un acertijo inicial que algún parroquiano esporádico en la taberna plantea. Así, un grupo de tertulianos sentados alrededor de un café o una cerveza, charlando entre ellos, formulando preguntas, arrojando sus opiniones, o sea, un grupo de personas hablando entre ellos sobre un tema común, llegan a conclusiones que resuelven el enigma sobre el que se debate. De ahí el paralelismo con las tertulias literarias, generando una charla en torno a las ideas inspiradas por el libro leído.


P.- ¿Cómo sería la dinámica si un internauta ve que vais a comentar un libro la próxima semana y le interesaría mucho participar?

R.- Anunciamos los libros que vamos a debatir con mucha antelación para que las tertulianas puedan adquirir la obra y leerla. En ocasiones, los libros que comentamos tienen una extensión superior a la media y requieren más tiempo para terminarlos, otros son más cortos y se pueden publicar más tarde, mientras que algunas de nuestras lectoras avanzan con los libros más despacio que otras, dependiendo del tiempo disponible y los hábitos de lectura, por lo que anunciamos los títulos con tanta antelación como sea posible. En el caso de los relatos cortos o de los talleres de escritura, el tiempo necesario es menor y una podría apuntarse incluso unas horas antes de empezar el evento.


P.- ¿Y sobre los requisitos para participar?

R.- Como no tenemos requisitos para participar salvo leer la obra que vamos a debatir, y como no hay cuotas ni pagos al ser los eventos gratuitos, basta con ver la información del evento (fecha y hora, lugar físico o ID virtual) en cualquiera de las redes sociales y plataformas donde Ciervo Blanco presenta los eventos literarios, y hacernos saber, bien pulsando click en el botón de asistir o enviándonos un mensaje, que tienen pensado asistir, para poder tener en cuenta el aforo y la clase de local que necesitaremos para cada evento. No hace falta más, todas las lectoras son bienvenidas sin importar su background cultural, género, edad o peculiaridad demográfica. Una vez juntos, bien presencialmente u online, la tertulia cobra la forma de una charla amigable, distendida e informal, con más o menos moderación o guía dependiendo de qué organizadora lidere el debate y de las características del libro.

Cabecera de la web Ciervo Blanco


P.- ¿Todos los eventos son online?, ¿nunca hacéis quedadas?

R.- La naturaleza del club es presencial. Desde 2013 todos nuestros eventos han sido siempre reuniones físicas, normalmente en la Residencia de Estudiantes de Madrid en los últimos tiempos, y anteriormente en diversos espacios de la ciudad como bares, librerías, parques o incluso facultades universitarias, adaptando la elección del local a la lectura y al número de tertulianas que tuvieran previsto participar.


P.- Hasta que llegó el coronavirus

R.- Aunque seguimos prefiriendo las reuniones presenciales alrededor de un café, la pandemia de coronavirus nos ha enseñado que la tecnología ofrece hoy día todo un abanico de posibilidades para los eventos literarios, y que las tertulias online siguen aportando esa dimensión social a los libros que es, a fin de cuentas, el objetivo de un club de lectura: el poder comentar con otras personas las impresiones que una obra nos deja.


P.- ¿Y habéis visto algún beneficio en las tertulias online?

R.- El empezar a hacer tertulias y talleres de escritura virtuales en este 2020 ha posibilitado también que se nos unan personas que normalmente no podrían hacerlo por residir fuera de Madrid, en otras comunidades autónomas o, en el caso de las tertulias literarias en inglés, nativas de lugares tan distantes como Estados Unidos, la India o Rusia.

»En consecuencia, el equipo de organizadoras Ciervo Blanco ha decidido compaginar en el futuro las tertulias presenciales tradicionales con reuniones online a través de videoconferencia, conservando así lo mejor de ambos mundos: la cercanía de los encuentros físicos y la versatilidad de los eventos virtuales.


P.- Una de las frases que repetís en la web es que el único requisito para participar en la tertulia literaria online es haberse leído el libro. ¿Puede haber gente que se sume a estos eventos y no se lo haya leído?

R.- Con frecuencia aparece alguna persona que, efectivamente, acude a una tertulia literaria sobre un libro sin haber leído el libro. Entendemos que muchas veces la intención de estas personas es socializar, pues se trata de café y charla, pero para el evento en sí supone un problema, dado que aquellos que no se han leído el libro tienden a desviar al hilo de la conversación a otros temas, no aportan mucho al debate, se aburren si no pueden opinar sobre el texto y, en resumen, suelen ser una influencia muy negativa para que la tertulia fluya de forma agradable y natural alrededor de la obra. Por eso insistimos tanto en que se lea. El objetivo de un club del libro es ese, leer el libro, y el denominador común que nos une a todas es que nos gusta leer. Para nosotras, las tertulias literarias son charlas sobre libros, aunque después podamos irnos de cañas o la propia lectura acabe sugiriendo multitud de temas más allá del libro en sí.


P.- ¿Cuál es el criterio que seguís para elegir los libros que vais a comentar?

R.- Por un lado, nuestro gusto personal. Por el otro, las sugerencias de los miembros del club. El bagaje literario de las organizadoras Ciervo Blanco nos lleva a preferir una serie de obras respecto a otras. Unas de las ventajas de ser varias moderadoras es que tenemos gustos diversos y, más allá de un criterio básico que filtra el maremágnum de publicaciones dejando solo lo que consideramos obras de calidad, cada una de nosotras siente predilección por distintas épocas, autoras, estilos, etcétera. Leemos así libros que jamás se nos hubieran ocurrido individualmente. Por otro lado, las tertulianas a menudo mencionan libros que les han gustado o nos sugieren leer obras concretas, porque es muy habitual hacer referencias a otras lecturas durante los debates.


P.- ¿Recibís algún tipo de ayuda económica?, ¿cómo se puede contribuir?

R.- Todos los eventos Ciervo Blanco son siempre gratuitos. Organizamos las tertulias porque nos gusta leer y hablar de libros, sin un objetivo económico. También nuestros talleres de escritura creativa tienen coste cero. Recientemente, dado que los gastos del club están aumentando considerablemente debido al precio de las plataformas online y las licencias de software de videoconferencia, ofrecemos la posibilidad de colaborar con el club aportando una pequeña cantidad, y planeamos crear merchandising en un futuro próximo como vía para sufragar los gastos de los eventos. En cualquier caso, ninguna aportación es necesaria para participar en las tertulias, el mejor pago es que lo que los asistentes aporten a los debates sea interesante.


P.- Vamos a desmontar mitos, ¿lee literatura la gente joven?

R.- Sí. Nuestras estadísticas parecen coincidir con los datos oficiales de hábitos de lectura en España. Aunque nuestras tertulianas son tanto hombres como mujeres, tanto estudiantes como jubiladas, hay mucha gente joven, predominantemente mujeres, que leen. De hecho, las propias organizadoras Ciervo Blanco tenemos una media de edad bastante baja. Sin embargo, sí hemos notado que las tertulianas de más edad suelen ser más constantes en acudir a los eventos y se convierten en habituales con más facilidad.

»En general, es el propio libro quien decide la demografía del grupo: una obra moderna de ciencia ficción o fantasía suele atraer gente más joven que, pongamos por caso, un clásico de literatura de postguerra.


P.- ¿Cuáles son los beneficios de un club de lectura? ¿Crees que la gente leería más si después asistiera a este tipo de eventos?

R.- Para nosotras el principal beneficio es dar una dimensión social a la lectura, rodear de gente a las Letras, amplificar los significados de una obra al compararlos con otras perspectivas, canalizar el deseo de hablar de libros a través de una reunión de lectores. Esto contribuye a que se lea más, no solo porque al saber que se va a charlar con otras personas al terminar la obra una se anima más a leer, sino porque al marcar un calendario predefinido de libros nos obligamos a nosotras mismas a establecer un hábito periódico de lectura.


P.- ¿Cómo es el equipo que hay detrás de Ciervo Blanco?  

R.- Un equipo de gente que ama los libros. Hemos ido cambiando a lo largo de los años en el número de integrantes y el grado de implicación con los eventos al vaivén de los zarandeos de nuestras vidas particulares, y tenemos muy distintas procedencias, intereses y gustos, salvo el marco común de la literatura que nos une. Solemos ser gente joven, aunque algunos entre los que me incluyo estamos dejando de serlo, con muchas ganas de hacer cosas, de crear eventos, de hablar de literatura y de aprender leyendo y debatiendo los textos. A menudo nos dejamos la piel planificando, estructurando, promoviendo y moderando las tertulias sin recibir a cambio más que el agradecimiento de las tertulianas que, por otro lado, son quienes hacen posible el club más allá de las organizadoras.

»En este momento Carmen Iglesias, Juan Carlos Ordás, Nerea García, Andrea Mingorance, Eugenia Lacalle, Maureen Lukas y yo mismo, Adrián Díaz, convocamos tertulias en función de nuestra disponibilidad y de los textos que nos apetezca leer y comentar; aunque hay más organizadoras Ciervo Blanco, en este momento somos las más activas.


P.- Veo que también comentáis libros en inglés. Cuéntanos qué tal la experiencia.

R.- La dinámica de las book discussions in English, aunque formalmente es muy similar a las tertulias en castellano, suele ser diferente al incluir personas de distintas culturas. En las tertulias presenciales vienen nativas de Reino Unido, Alemania, etcétera, residentes en Madrid a las que les gusta participar en las tertulias que echan de menos en su idioma natal, mientras que la limitación geográfica se supera en las tertulias online y a menudo se mezclan nacionalidades y acentos conectados desde los puntos más dispares del globo. Esto arroja sobre las novelas unas perspectivas más abiertas y menos carpetovetónicas que en las tertulias en castellano.
También hacemos esporádicamente tertulias en francés y en portugués, aunque el número de asistentes disminuye respecto a los otros debates.


P.- ¿Habéis visto incrementada la participación durante los meses de confinamiento?

R.- Respecto a las tertulias presenciales antes de que se declarara el Estado de Alarma el número de asistentes ha sido muy similar. Entre 15 y 25 tertulianas para los encuentros en español, y entre 10 y 15 para los debates en inglés, aun teniendo en cuenta que multiplicamos por dos el número de eventos semanales, con cuatro tertulias por semana, y el número de participantes depende, entre otros factores, de la cantidad de tertulias programadas (si hay muchos eventos, las participantes tienden a distribuirse entre ellos). Aunque muchas de las participantes son nuevas, a menudo residentes fuera de Madrid, un porcentaje importante de los miembros habituales ha seguido participando en las tertulias virtuales.


P.- ¿Nos podrías recomendar un libro de un autor español que te gustaría comentar en Ciervo Blanco y que has leído recientemente?

R.- La primera tertulia del club fue La piel fría, de Albert Sánchez Piñol, y me gustaría volver a comentarla con el club algún día. No puedo dejar de recomendar, en cualquier caso, La escala de los mapas de Belén Gopegui o Feliz final de Isaac Rosa, aunque personalmente siento predilección por la literatura de postguerra, algo que he aprendido a querer gracias al club, y creo que todo el mundo debería leer La plaza del diamante, de Mercè Rodoreda, al menos una vez.

[NOTA de La boca del libro: A mí me marcó La piel fría cuando lo leí]



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