escritores beat, underground, subterráneos, independientes, disidentes, punk, anarquistas, sucios, crueles, subversivos, insurgentes, divergentes, insolventes, alternativos, políticamente incorrectos, no sé... he pasado ya a estas alturas de mi película por tantas etiquetas y situaciones que realmente no sé... pero sí que me ha tocado nacer y vivir en una ciudad que riego y valoro y amo como a mí mismo, carne y sangre de mí, y cuyos referentes ineludibles son: Gamoneda, por supuesto, omnipresente y emulado hasta la saciedad, Luis Mateo, Merino y la literatura folclórica y rural, y Llamazares y sus maquis y lobos y pueblos sumergidos, fantásticos todos y todo, al César lo que es del César, pero muy distante y complicado para alguien que se ha nutrido siempre de otras influencias y poéticas, maestros y estilos... qué hace un chico como yo, me preguntan y pregunto, gótico y crepuscular, realista y urbano, beatnik y confesional, en un sitio como este, no lo tengo muy claro, pero sí que me tocó así y aquí y esto es aún lo que hay: pelear a la contra y ser paciente en esta carrera de fondo, me he dicho siempre: no pierdas tu norte y tu rumbo, aprendiz de poeta, tiempo al tiempo, recuérdatelo...
Vicente Muñoz Álvarez