UN POEMA de JUDITH RICO




Ya no recuerdo
cómo te instalaste aquí,
cómo llegaste a ser
la piedra
que se aloja en mi cráneo.
Sé que no hay sangre
que quiera a estos huesos fríos,
y, sé que,
no hay arpones para matar
a tantas ballenas danzando
por mi diafragma.
A veces,
lo que necesitamos,
es saber bajar de los árboles
para no golpearnos al caer al suelo,
subir
los sube cualquiera.

Judith Rico


Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

You may use these HTML tags and attributes: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <s> <strike> <strong>

*