historias de colectivo


Como si no hubiese sido suficiente con los personajes bizarros de la guardia de anoche; me subo al colectivo 159 totalmente agotada, con la intención de despejar mi mente a través del paisaje que la ventanilla me ofrece e imaginar que estoy - una vez más de tantas - en mi amada Barcelona para que, dos señoritas muy ligeras de ropa y maquilladas como para ir a la comparsa, se sentaran frente a mí y comenzaran a hablar sin parar de "su trabajo" y de los pormenores que tuvieron en su "respectiva guardia". Hasta acá no parecería nada fuera de lo común, sólo que, la tarea de éstas se desempeñaba en un call erótico que incluía, además de gemidos y palabras cachondas en la línea, camarita en vivo y en directo que, las mostraba desnudas. Y bla bla bla...
Qué me disponía a viajar en silencio. Saqué de mi bolsillo el dispositivo móvil y The Rolling Stones para que el Spotify seleccionara como primera canción: "Simpatía por el demonio".
Que el infierno, la lujuria y el rock "se encuentran a sólo un beso de distancia... "


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