La muchacha de Catulo, Isabel Barceló Chico, Editorial Evohé, 112 páginas, 11,50 €
Por Juan Laborda Barceló
Cuando una novela histórica consigue convertir unos hechos lejanos en el tiempo en algo actual y cotidiano es que ha dado en clavo. Así, Isabel Barceló, nos presenta esta novela breve, construida utilizando el género epistolar, en la que se entreveran las voces de Clodia y Catulo, sus verdaderos protagonistas, con las de otros personajes secundarios en la trama.
Todo se inicia con un despecho. El que siente el genial poeta latino Catulo al ser rechazado por su reciente amante, la bella y experimentada Clodia. Tan baja pasión, documentada por la historia y los mismos versos del poeta (que primero la exaltaron como Lesbia y luego la denostaron como una vulgar hetaira) son el ensordecedor ruido de una batalla pública por un amor no correspondido. Pero lo que la autora hace en esta obra, es dar pábulo a las sombras más sensibles de los acontecimientos, aquel lugar al que normalmente no puede, ni quiere acceder la historia: la cuestión de los deseos y las motivaciones personales. De este modo, transforma la novela en un verdadero alegato a favor de la libertad en general, y de las mujeres en particular. Ese es el halo de actualidad que envuelve estas valientes letras.
Clodia no desea permanecer atada a los deseos de posesión del poeta. No quiere ceder y confundir amores con cadenas y, por ello, no cede al chantaje, ni al insulto. Con su actitud luchadora, a veces hasta irónicamente salvaje, accede a un costoso estado de libertad personal.
No es nuestra intención afirmar que el grado de libertad de la mujer hoy permanece igual que en la antigua Roma (teniendo, además, en cuenta que los personajes que describe la novela, tanto masculinos como femeninos, no dejan de formar parte de la cúspide social), pero sí diremos que la liberación de la mujer y su necesaria igualación legal con el hombre, no han impedido a lo largo de los años esa cobarde lacra social que es la violencia de género. Cuando hoy en día hay mujeres que continúan cayendo bajo el yugo de sus parejas o ex parejas, Clodia, se convierte en un símbolo de resistencia.
Dejando los géneros a un lado, lo que pone de relieve esta breve y ágil novela de Barceló, es la voluntad humana de sentirse libre, aceptado y respetado en las convicciones propias, obviando perjuicios sociales, actitudes falsarias y ataques interesados. Todo esto no deja de ser la sal que adorna nuestras vidas, presente ayer, hoy y siempre en las relaciones humanas. No dejen de pasear su mirada atenta por estas páginas, hallarán, en agradable compañía, un ejercicio sincero de valor ante la vida.