WHATSAPP

En las últimas semanas me han añadido a siete grupos de whatsapp nuevos. Yo nunca me voy de los grupos de whatsapp, espero a que mueran por sí mismos. Pero algunos se resisten y duran más de lo que me gustaría.



En las últimas cuatro semanas he sido añadido a siete grupos de whatsapp. Uno creado por un amigo para invitarnos a su boda e informarnos de los detalles. Otros dos grupos más se crearon inmediatamente: uno para hacer a los novios un regalo conjunto y otro para organizar la despedida de soltero. También me han agregado a un grupo de whatsapp para una cena de reencuentro de la universidad a la que no pienso asistir. Otro para la inauguración de un piso. Otro para un cumpleaños sorpresa. Y, finalmente, otro llamado «Tonterías» cuya utilidad todavía desconozco.
Son las 12 de la mañana. Salgo de la oficina. Por fin hace sol. Me acerco al bar de la esquina. Apetece quedarse en la terraza pero voy dentro y pido un café con leche muy caliente. Estoy resfriado. Me siento en la barra. Saco el móvil. 232 mensajes de whatsapp.
¿Me hacéis un resumen?
Algunos responden con emoticonos de sonrisas y animales. Alguien pone: «jajaja». Después, dos personas más me dan los precios del regalo de bodas. Dos precios que no coinciden. Yo escribo: «Ok». Y vuelvo a guardar el móvil.

2
Le doy un sorbo al café. Está demasiado caliente. Me quemo los labios y la lengua y casi me ahogo porque no puedo respirar por la nariz. Anoche me resfrié por pasar veinte minutos desnudo encerrado en el lavabo. No podía dormir. Tenía calor. Así que me quité toda la ropa. Aun así, seguía sin poder dormir. Estuve tres horas dando vueltas. Me entraron ganas de mear. Como era tarde, me metí en el baño sin ponerme nada encima ni preocuparme por mis compañeros de piso. Desgraciadamente, llegó uno de ellos con su novia y se quedaron de pie en el pasillo discutiendo. Creo que habían bebido. Se estaban peleando por un mensaje que él había leído en el móvil de ella. Era una pelea de susurros, pero podía entender algunas frases a medias. «¿Por qué no se van a la habitación?», me preguntaba en pelotas sentado en la taza del váter. Traté de no estornudar. Finalmente, ella se fue enfadada y mi compañero de piso se acostó. Yo volví a mi habitación y pude dormir un poco.

3
Al terminar el café, tengo 34 mensajes de whatsapp. Es difícil que todo el mundo esté disponible el mismo día para quedar para cenar. Luego están los que no quieren ir pero fingen que no pueden causando un montón de problemas. Yo no digo nada. No quiero gastar una buena excusa antes de que den la fecha definitiva. 
Todavía tengo un rato antes de volver al trabajo. Aprovecho para sonarme los mocos. Sentadas detrás de mí, dos mujeres entradas en carnes hablan de sus respectivos matrimonios. Una cree que su marido la quiere mucho más ahora que antes. La otra que su marido le hace más regalos ahora que nunca. Una dice que ahora le escribe mensajes de amor todos los días. La otra dice que eso es porque ahora los mensajes son gratis. Una que todavía celebran su aniversario de novios incluso después de casados. La otra:
Eso no es nada. Nosotros celebramos cada mes de novios.
No puede ser. ¿Cuántos meses lleváis?
Tras pensarlo un momento, responde orgullosa:
Dentro de dos semanas cumplimos 205 meses juntos.
La amiga baja la cabeza y pide la cuenta derrotada.
Creo que voy a pedirle a mi jefe que me deje irme antes a casa. Tengo un dolor de cabeza horrible. Saco el móvil y escribo en uno de los grupos de whatsapp: «¿Alguno de vosotros todavía celebra los meses de novios después de casado?». Pero, justamente ahora, nadie responde. 

4
Estoy saliendo del bar, cuando un hombre se cruza conmigo y me señala. Yo digo: «Hola». Pero quiero decir: «¿Qué pasa? ¿Qué señalas? ¿Quién eres?». El tipo se ríe. Es como diez años mayor que yo. Tiene más pelo en las cejas que en la cabeza. Lleva una camiseta de un grupo heavy pasado de moda.
Tú eres... Tú eres... -dice-. Tú haces teatro.
Eh... Bueno, sí. Hacía.
Ah, sí. Sí. Tú hacías teatro en Hospitalet.
Sí, alguna vez. 
Sí.
El tipo sigue señalándome.
Perdona, tengo un poco de prisa le digo.
Pero no me deja marchar.
Tú hacías teatro con mi prima. 
¿Quién es tu prima?
Me dice el nombre de su prima.
Sí. La recuerdo.
Anda, sí. ¿Ves?
Sí.
Menuda mierda de obras hacíais dice. Y se ríe a carcajadas.
El tipo continúa señalándome. 
Tiene la salida bloqueada. De pronto, grita:
¡Cariño!
La gorda que dentro de dos semanas cumple 205 meses con su marido se gira y se acerca a nosotros.
Este chico hacía teatro con mi prima.
¿Ah, sí? dice ella.
Sí.
Pues, ¡qué bien!
Mira, te presento a mi mujer me dice.
Encantado digo. No te beso porque estoy resfriado.
No iba a besarte dice la gorda.
Y los dos se ríen a la vez.
Bueno... dale recuerdos a tu prima cuando la veas concluyo.
Pues, la verdad es que no nos hablamos.
De pronto, su prima me cae un poco mejor.
Pero, bueno... continúa le mandaré un whatsapp para decírselo.

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