el sacerdote


laura makabresku




“Ella era terciopelo. Suave, tan suave que podía deslizar mis manos hacia sus muslos sin siquiera intentarlo. Pálida, de cabellos y ojos oscuros profundos que denotaban cierta tristeza al perderme en su mirada. Y aunque no me enteré hasta mucho tiempo después cuál era el secreto que guardaba, no pude contenerme la primera vez que la vi y entonces supe que sería mía aquella misma tarde. Al decir que sería mía estoy refiriéndome a que, desde aquel preciso instante pude sentir que su corazón me pertenecía, lo mismo que el mío a ella.”

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Estoy escribiendo una novela. Si bien no es la primera historia larga que escribo, sí es a la que mayor confianza le tengo. Tiene puestas todas mis energías y ganas, así como también un inmenso amor, hasta ahora desconocido por mí, a la hora de escribir.
Aunque no voy a publicar en este espacio la misma, sí quise compartir con todas/os ustedes esta nueva andanza, esta aventura loca que me embarga.

Un beso. Quizás dos.

Eleanor Smith


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