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Vengadores: la era del MOJÓN

Cuando la máquina de Hollywood se pone en marcha, el desenlace es inevitable: un churro tras otro. Intentando calcar el original en su forma, pero no es su sabor. Porque cada vez le meten menos relleno. Más licuado. Con colorante. Pero sin azúcar. Y así, la chispa de los primeros Vengadores desaparece bajo los intereses comerciales, no solo los derivados del merchandising, sino de la franquicia Marvel, esto es, explicar todos y cada uno de los «nexos» de unión con las sagas individuales de sus personajes: Iron Man, Thor, Capitán América, el posible Hulk… Un chocho. Este conoce a aquél que salía en aquélla y saldrá en la otra mientras el de más allá, que estuvo allí, volverá con ése a la nueva de Tal para que Pascual, que pasó por la segunda de Marcial, aparezca en la tercera del otro, que en su primera contará con la compañía del que estuvo en esta, pero no en la anterior…

Por si fuera poco, a personajes que pasaban sin pena ni gloria por la primera entrega se les intenta dar más peso. Conocidas son las quejas de Jeremy Renner porque su Ojo de Halcón se pasaba media peli «hechizado». Y para compensar a la estrella aquí se nos explica su «bagaje» en un lamentable, y eterno, episodio de apología de la familia que parece un anuncio de bricolaje para entender su faceta de padre de familia en contraste con su capacidad de sacrificio cuando se pone a tirar de arco a lo loco, como Legolas pero sin coleta.

Sí, aparecen nuevos super héroes, entre ellos Visión, cuyo nacimiento es sospechosamente parecido en puesta en escena al del Dr. Manhattan en Watchmen que viene precedido de los sueños de Capitán América (con un tufo a El Resplandor), La Viuda Negra (sacado directamente de Bourne) y Thor (que podría formar parte perfectamente del metraje de Eyes Wide Shut).

Y como en la primera entrega funcionaron los chistes, se han venido arriba con un carrusel del humor de patio de colegio en el que acabas echando de menos a Eddie Murphy en sus mejores tiempos.

Sé que habrá una tercera. Y que no iré a verla. Igual que sé que habrá una nueva de los Guardianes de la Galaxia… y picaré para tener motivos para no ver la siguiente. Sé que la primera de Ant-Man puede que esté bien. Pero que la segunda será un truño. Y que la nueva de Los 4 Fantásticos, de la que los ejecutivos no están nada satisfechos, seguramente es la única que realmente merecerá la pena. Y, precisamente por eso, no tendrá continuación.

Los primeros Vengadores se hicieron para que naciera una nueva franquicia. Había que conseguir que el público picase. Y para eso había que echarle imaginación y un mínimo de ganas. Y funcionó. De modo que ahora que la máquina de churros ya está en marcha, cuando hacen uno no piensan en él, sino en el siguiente. Sin imaginación. Y las únicas ganas, Joss Whedon, maldito director mercenario, de cobrar el cheque, y poner el chip en modo fotocopiadora.

Qué lástima, coño.

Y qué MOJÓN.

 

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