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«PHYSICAL 100»: el éxito televisivo que nunca habría tenido luz verde en España

Corea del Sur lo ha vuelto a hacer. No solo está a la vanguardia de producciones audiovisuales de ficción, tanto en cine como en televisión, sino también en programas de entretenimiento. Y el último ejemplo es el  sorprendente reality de competición “Physical 100” (NETFLIX), en el que 100 concursantes, sin importar raza, sexo o edad, luchan entre ellos por convertirse en la persona con mejor forma física. Y lo harán enfrentándose entre ellos a diversas pruebas, individuales y grupales, de fuerza, resistencia, velocidad y destreza hasta que, como en “Los Inmortales”, solo quede uno, que se llevará a casa un premio en  metálico de 300 millones de wones (unos 220.000€).

El programa ha sido todo un éxito: encabezó el listado de series de televisión global en lengua no inglesa entre el 6 y el 12 de febrero y apareció en el Top 10 de 78 países de todo el mundo (solo hay un programa en inglés que es más popular), además de ser el primer reality show de Corea del Sur en ocupar el número 1 en NETFLIX.

Pero, ¿qué tiene de diferente “Physical 100”?

  1. La dureza de las pruebas, donde hombres y mujeres, viva la igualdad de género, se ven las caras en paridad de condiciones incluso cuando pelean (literalmente) unos con otros. No, no es como en España, donde para entrar en INEF las pruebas no son iguales para ellos y ellas: carrera de 2.000 metros o lanzamiento de balón medicinal de 5kilos para los hombres y 1.000 metros y 3 kilos para las mujeres, por poner un par de ejemplos. Y donde también suele haber diferencias en las pruebas de acceso para los bomberos donde, por ejemplo, a ellos se les exigen un mínimo de 15 dominadas y a ellas 7; un salto vertical de 95 centímetros para los hombresy 85 para las mujeres; un máximo masculino de 14 segundos en correr 100 metros y 17 para las aspirantes femeninas… Como si el fuego fuese a tratar de forma diferente a unos y otros…
  2. La originalidad de los desafíos que, lejos de complejas mecánicas, sacan petróleo de su simplicidad para mantenerte pegado a la pantalla aunque se repitan varias veces en cada fase del concurso que, recordemos, debe ir eliminando progresivamente a 99 concursantes para que solo quede uno en un total de 9 episodios.
  3. El espíritu deportivo de la competición en el que juega un papel muy importante la cultura coreana. Sí, es un reality de competición y «supervivencia» pero no hay más conflicto entre los concursantes más allá de la lucha por alcanzar la victoria. No hay peleas, reproches, insultos… Nada ensucia la competición, ni dentro ni fuera de la «arena». Prima el sentido del honor y el comportamiento deportivo. Todo un ejemplo para Occidente.
  4. La variedad de concursantes: hombres y mujeres de entre 29 y 47 años, que van de un peso de 40 a 130 kilos y de una altura de 1,5 a 2 metros. Además, entre ellos y ellas encontramos culturistas, deportistas (gimnasia, boxeo, esgrima, MMA, escalada…), ex miembros de las fuerzas especiales, influencers… Personajes famosos, campeones y ganadores de medallas olímpicas… Y a ninguno se le caen los anillos por mostrar y aceptar sus “debilidades” cuando son derrotados aplaudiendo, además, al vencedor.
  5. El despliegue de medios: más de 200 cámaras (entre ellas Go Pros, grúas, slow motion…), 100 concursantes microfonados, grandes construcciones en plató para albergar las diferentes pruebas e iluminación para no perder detalle de lo que sucede en ellas, un equipo de redacción y grabación para recoger totales de todos los participantes (recordemos que todo empieza con 100 de ellos), equipo de arte (100 esculturas de los torsos de los 100 participantes, para empezar…), grafismos (que son una evolución, y la influencia es obvia, de “Battle Royale” y “El juego del Calamar”), equipo de edición (toda una lección el modo en que mantienen el suspense hasta el final, incluso más allá, de cada prueba, y sin presentador ni voz en off para narrar los acontecimientos)…

LA CONCLUSIÓN: una apuesta arriesgada y ganadora que solo puede tener lugar allí donde se arriesga. Y es que quien arriesga… gana. No como en España. Sobre todo en televisión. Que es el medio donde llevo trabajando más de 25 años. No, aquí solo se producen programas “testados”. Es decir, que hayan tenido éxito en otros países. Lo que limita, obviamente la creatividad. Y donde todo son pegas. Si yo le planteo un programa como “Physical 100” a mi jefe, o a cualquiera de los que he tenido como creativo de formatos de entretenimiento, más allá de que pueda o no gustarle la idea, lo primero que me va a decir es: “100 concursantes, ¿estás loco? ¿Los vas a microfonar a todos? Es imposible. Y se necesitan muchas cámaras para grabar todo esto. Es imposible. ¿Y te crees que alguien famoso va a venir a concursar para perder contra alguien que no lo es tanto ante toda España? Es imposible. ¿Tú sabes lo que cuesta esto? ¿Dónde hay un plató tan grande como el que se necesita? Es imposible. ¿Un programa sin presentador ni voz en off? ¿Estás loco? Es imposible. ¿Cómo vas a contar lo que pasa?”. Y lo más triste de todo, antes de apostar por las idea y que sea la cadena quién decida si pondría o no dinero para sacar el proyecto adelante. Que dijese sí. Y abrieras una puerta a vender el formato a nivel internacional. Y es así como España apenas produce ideas propias. No por falta de ideas, de eso estoy seguro, sino por falta de cojones. Ovarios. O lo que sea…

 

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