Quizá nadie lo sepa o sospeche, pero ser crítico de cine y / o televisión en España es un arma de doble filo. Porque muchos de ellos, los “críticos”, quieren trabajar en los ámbitos que critican. ¿Conclusión? Nunca dirán nada negativo hacia ciertos “productos” que pueda perjudicar su posibilidad de trabajo en alguno de ellos. De modo que su opinión “profesional” es más que cuestionable. ¿Habéis oído a Monzón o Carlos del Amor criticar una peli española? Ahí lo dejo.

Llevo trabajando más de 25 años en televisión. Y no me da ningún tipo de miedo hablar de lo que no se hace bien, consciente de que en algunas ocasiones he podido incurrir en el mismo tipo de errores, muchas veces por falta de presupuesto o malas decisiones de los que están arriba, que son los que mandan. Y que no necesariamente han pasado por todos los puestos de trabajo que forman esta “cadena” para conocer en qué consisten o cómo funcionan. Afortunadamente, he pasado por todos ellos: desde redactor a guionista, subdirector, director y desarrollador de contenidos. Sé cómo es cada trabajo. Sus dificultades.

Hoy hablo de TRAITORS, ESPAÑA. Un formato original holandés que tuvo su versión en diversos países, el último, España, en HBO. Y sorprende la unanimidad de críticas favorables cuando es un producto que, más allá de su premisa y dinámica más o menos original, hay mucho de «The Mole», cojea en algunos aspectos que no deben ser pasados por alto.

No me voy a detener mucho en su argumento: un grupo de “famosos” convive en un castillo. Varios de ellos son traidores e irán asesinado “fieles” mientras corren el riesgo de ser descubiertos. Hasta ahí, bien. Entre medias, diferentes pruebas para incrementar un “bote” en forma de lingotes de plata para el ganador final. Y ahí empieza el problema: nunca se sabe la cuantía del premio. NUNCA. Es decir, tengo 18 jugadores y no sé por qué juegan. Wooow.

Luego vienen las pruebas en exteriores que harán que esos lingotes sean más o menos para incrementar el “bote” final. Y aquí surge el otro problema. Vaya pruebas…  Pongamos 3 ejemplos. Vamos a medir el “miedo” de los concursantes, poniéndoles un “traje” de apicultor y que saquen paneles de miel llenos de abejas. Uy, qué miedo. Si voy protegido, ¿cómo me van a picar? Pero la siguiente es aún mejor. Vamos a probar el vértigo, haciendo un descenso en rappel de 10 metros sobre una roca en un terreno boscoso. Uy, qué vértigo (por favor, que vean SAS y la prueba desde el acantilado). Pero peor es la tercera: vamos a ser enterrados durante 30 minutos. Pero, ojo, solo metidos en una caja de madera y sin que está se encuentre en una fosa. Uy, qué miedo. Conclusión: los concursantes ganan las 3 pruebas. Y yo me pregunto, ¿es que esta gente no conoce un programa llamado «Fear Factor» que le sirva de inspiración? Mal vas si planteas 3 pruebas de “riesgo” y nadie la pierde. Conclusión: poco riesgo.

Y esto es solo el principio. ¿Alguna crítica “profesional” negativa en las redes? Ni una. Aunque haya 2 pruebas de ruleta, una jugando a par e impar y otra a rojo o negro. ¡Vaya diferencia! Un 50% de posibilidades en las dos. Es decir, todo en manos del azar.

Sí, la factura es impecable. Sí, Sergio Peris Mencheta está muy bien como presentador . Y sí, el casting es viable. Pero, ¿el resto? ¿En serio pones a esta gente a disparar con arco para que tengan suficientes fallos como para no ganar la prueba? ¿En serio basas una prueba en los testimonios de concursantes eliminados sobre quiénes son los traidores… sin tener esos testimonios grabados? ¿En serio? ¿Qué credibilidad te da eso?

Buscad las críticas. Todas son unánimes. Y luego ved el programa. Por favor. Cuando en este país se critica negativamente un programa de entretenimiento no se hace en base al producto en cuestión, sino en base a la cadena que lo emite. Por eso nadie hará buenas críticas a un programa de Mediaset (se lo tengan o no merecido), pero ¿a las emergentes? HBO, Amazon Prime, Netflix…?

Pensad en ello.