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homenaje a ellas

Parece que el autor sea, prácticamente, tu amigo que te habla de sus preferencias, de su experiencia… eso  ocurre en algunos ensayos, uno de los géneros que más me gustan por ese tono cercano. En el libro “Homenaje debido” están recogidos autores a los que Dionisia García -toda una maestra para mí- ha investigado y que desea destacar por la admiración que le inspiran, están Horacio, Cervantes, Antonio Machado, André Maurois, Anna Ajmátova, Edith Stein, Lampedusa y María Zambrano. Más allá de un análisis o critica literaria la autora nos dice que “Es una reflexión sobre personajes que me interesan especialmente y sobre los que he indagado durante meses e incluso años, personajes con los que, de algún modo, me he comunicado durante la escritura”. Y se trata de una escritora con dedicación plena, entregada a la lectura, a otros autores y a su propia experiencia como creadora de una manera integral y honesta. Es una autora con una actitud creativa que rebasa cualquier prejuicio por edad o género, le gusta rebatir los tópicos y lo hace de manera contundente con sus aforismos. Tener conciencia de nuestra ignorancia es un buen comienzo y fin, Quien acecha la vida de los otros pierde la propia o un aforismo con forma de pregunta probablemente sin respuesta: ¿Qué harían los artistas sin la melancolía?.

Recientemente Dionisia García ha recibido el premio del XXX Certamen Internacional de poesía Barcarola por su poemario titulado “La apuesta y el secreto”, del que el jurado ha destacado su clasicismo humanista compendio de una obra elaborada a lo largo de varias décadas creativas. Para iniciarnos en la lectura de esta escritora que a mi personalmente, me gusta leer y creo que hay que disfrutar de su obra, si no la conocéis hasta ahora, una buen libro es la antología “Cordialmente suya” (Renacimiento). Entre los poemas de esta recopilación comparto uno de los que me maravilla, donde encuentro cierto surrealismo aliado a la percepción que se nos acerca como algo familiar y a la vez cargado de extrañeza, propicia una reflexión sobre la propia dimensión del cuerpo. 

 

EL MANIQUÍ

 

Cuando abrimos la puerta es madrugada. 

La oscuridad recibe. Penumbra en el pasillo. 

Al final la lucerna, que alguien dejó encendida,

da vida al maniquí desnudo y desvalido

sobre la blanca sábana. 

Piso la tela alba y me acerco al soporte,

a la vida que fue en las galas nupciales.

 

Con el hondo vacío que invade tras la ausencia

van palpando mis dedos la dura anatomía

que sostuvo esplendor de instantes jubilosos. 

Ahora solo queda la pomposa armadura. 

Pero el tiempo intercede, y a la memoria acude

la dorada pasión de una muchacha

que arrebató las sedas al marcharse.

 

Conduce la fatiga al ansiado descanso

y surge en el ensueño el busto acartonado

girando sin cesar en la estancia vacía.

Una figura grácil derriba el esperpento.

Súbito despertar por la caída:

el Sol invade el cuarto. Los recuerdos confusos.

 

(9 de marzo de 1996) 

 

H&M Mannequin

 (Imagen de Simone Smith)

 

Me gustan especialmente sus palabras dedicadas a dos mujeres creadoras, por el ánimo feminista reivindicativo de nuestra memoria, y también porque me he recreado en la lectura de algunas de sus obras, y además hay que reconocerles ese mérito que señala Dionisia en el homenaje debido que les rinde en su libro. Comparto algunos de sus textos que seguro animan a cualquiera a leer más y más de estas escritoras y también a conocerlas a través del homenaje tan afable que les hace la escritora Dionisia García. 

Una de ellas es María Zambrano, una mujer intelectual a reivindicar por su genial legado, que de hecho cuenta en su tierra de origen Málaga con una Fundación. Dionisia nos dice en su libro que “los escritos de María Zambrano atraen desde el claroscuro, luz amortiguada que llama, impulsada por la promesa, en ese intenso vagar entre la búsqueda y el temor a desalentar”. Un par de escritos que al leerlos me he ha llevado entre lo emotivo y lo reflexivo en unas palabras que suenan ahora actualizadas.

 

Antes de la ocultación

Comencé a cantar entre dientes por obedecer en la oscuridad absoluta que no había hasta entonces conocido, la vieja canción del agua todavía no nacida, confundida con el gemido de la que nace; el gemido de la madre que da a luz una y otra vez para acabar de nacer ella misma, entremezclado con el vagido de lo que nace, la vida parturiente. Me sentí acunada por este lloro que era también canto tan de lejos y en mí, porque nunca nada era mío del todo. ¿No tendría yo dueño tampoco?
La música no tiene dueño, pues los que van a ella no la poseen nunca. Han sido por ella primero poseídos, después iniciados. Yo no sabía que una persona pudiera ser así, al modo de la música, que posee porque penetra mientras se desprende de su fuente, también en una herida. Se abre la música sólo en algunos lugares inesperadamente, cuando errante el alma sola, se siente desfallecer sin dueño. En esta soledad nadie aparece, nadie aparecía cuando me asenté en mi soledad última; el amado sin nombre siquiera. Alguien me había enamorado allá en la noche, en una noche sola, en una única noche hasta el alba. Nunca más apareció. Ya nadie más pudo encontrarme.

 

El agua ensimismada

             Para Edison Simons

 

 

El agua ensimismada
piensa o sueña?
El árbol que se inclina buscando sus raíces,
el horizonte,
ese fuego intocado,
¿se piensan o se sueñan?
El mármol fue ave alguna vez;
el oro, llama;
el cristal, aire o lágrima.
¿Lloran su perdido aliento?
¿Acaso son memoria de sí mismos
y detenidos se contemplan ya para siempre?
Si tú te miras, ¿qué queda?

1950. Roma (antes de abril) .
Albergo d’lnghilterra.

 

Otra de las autoras a la que rinde homenaje Dionisia es la poeta rusa Anna Ajmatova, cuyos versos llegan desde el conflicto social convertido en rutina diaria con una sutil delicadeza y lanzados al mismo tiempo al corazón como un arma que detiene todo lo demás. La autora nos dice en su homenaje debido: “Como suele suceder, no fue reconocida en su momento como merecía. En primer lugar por los turbulentos años que vivió, y a la par por ese <purgatorio> que todo creador sufre después de su desaparición”. Comparto algunos de los poemas de esta poeta rusa que como un susurro inesperado llegan para quedarse con nosotros. 

 

Cuando escuches el trueno me recordarás
Y tal vez pienses que amaba la tormenta…
El rayado del cielo se verá fuertemente carmesí
Y el corazón, como entonces, estará en el fuego.

Esto sucederá un día en Moscú
Cuando abandone la ciudad para siempre
Y me precipite hacia el puerto deseado
Dejando entre ustedes apenas mi sombra.

 

Fragmento

Me pareció que las llamas de tus ojos
Volarían conmigo hasta el alba.
No pude entender el color,
De tus ojos extraños.
Todo alrededor palpitaba
Nunca supe si eras mi enemigo, o mi amigo,
Y si ahora era invierno o verano.
21 de junio de 1959 Moscú

(Versión de Jorge Bustamante García)

 

 

Homenaje debido

Dionisia García

Renacimiento

2014

 

Dionisia García (Albacete 1929). Su primera publicación: El vaho en los espejos (1976). A partir de esa primera entrega, fueron apareciendo con regularidad nuevos libros: Antífonas (1978), Mnemosine (1981), Voz perpetua (1982), Interludio (De las palabras y los días) (1987), Diario abierto (1989) y Las palabras lo saben (1993), recogidos todos ellos en Tiempos de cantar (Poesía 1976-1993) (1995). Posteriores, son Lugares de paso (1999), Aun a oscuras (2001), El engaño de los días (2006), Señales (2012). Cuenta con dos antologías de su poesía, Cordialmente suya (1976-2007) y Tiempos del cantar (1976-1993). Diversas publicaciones en prosa: Antiguo y Mate (1985), Imaginaciones y Olvidos (1997), Correo Interior (2009). En el genero de ensayo encontramos Larga despedida. Vida y obra de Enma Egea (1995). Practica el género aforístico con los siguientes libros, Ideario de otoño (1994), Voces detenidas (2004), El caracol dorado (2011).

 

 

Por Violeta Nicolás

 
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