Insensatos. Sobre la representación de la locura

Yayo Aznar Almazán

Micromegas

2013

Quién no ha sido insensato alguna vez, es una experiencia que va con la vida, debemos permitirnos alguna insensatez que otra. Es más la propia sin razón es germen de creatividad y un recurso para escapar a la alienación mediática y de modas sociales, no hay que tener miedo de las inquietudes más intimas, ni de los presentimientos e intuiciones, de la gran pregunta sobre nosotros mismos.

La locura también es una construcción y tiene todo un imaginario, desde hace siglos, encontramos unos estereotipos, los cuales es positivo analizar, y comprobar cómo se nos presentan, en su vertiente estética, visual y en el arte, el máximo exponente de comunicación del ser humano. La autora del ensayo en cuestión, nos comenta estos temas, sobre los que se debería hablar más menudo y con profundidad, porque puede ayudar a otro tipo de acercamiento a la locura, a las patologías, tal y como son consideradas en la actualidad en nuestra sociedad. Nos propone un distanciamiento y un extrañamiento ante las imágenes de la insensatez o de la locura, como recurso para acercarnos a las mismas, y liberarnos de prejuicios para poder llevar a cabo un ejercicio crítico.

La autora nos habla de diversos artistas, de siglos anteriores y también contemporáneos, lo cual nos ayuda a entender el proceso de representación de la insensatez a lo largo del tiempo y de la Historia. Tenemos a Gericault, el pintor célebre, del siglo XIX, autor de La balsa de la Medusa, se dedicó también a retratar a internados en centros donde se albergaba a quienes consideraban dementes. Ha llegado hasta nuestros días la serie de monomaníacos, de la que nos dice Yayo “en su no-mirarnos hay un extrañamiento que a ellos los define en la locura y a nosotros nos exige una mirada otra capaz de volver a contar su historia”.

 Monomaníaco de comandante militar. Theodore Gericault 1821-1824.

La autora comenta el trabajo de Nan Goldin, que fotogría a la otra sociedad norteamericana, se centra en personas que conforman una minoría, en su realismo hay una poética muy contundente, que se caracteriza por la intimidad que emana. Yayo nos habla de algunas de sus obras en las que se trata la insensatez o idiotez, en el sentido de Clement Rosset (Lo real. Tratado sobre la idiotez), un autor muy recomendable, el cual inspira también a Jose Luis Pardo, y es mencionado por la autora. Al referirse a la obra de Nan Goldin, nos dice Yayo ” (…) un arte capaz de respetar la intimidad sin añadir nada, capaz de pintar la idiotez misma en que consiste ser alguien cuando eso es posible, totalmente exenta de bondad o maldad, de belleza o fealdad, perfectamente inocente y simple, incontrolable, por lo tanto como los insensatos”.

 Cookie en el Tin Pan Alley. Nan Goldin 1983

En este ensayo también encontramos, entre otros, la implicación de algunas obras de Bill Viola, un artista muy conocido en el terreno del videoarte, interesado en rescatar el tipo de representación propia del pasado, y reactualiza toda una visión humanista, que reflexiona sobre la identidad y la expresividad, en sus formas de raíz pictórica y escultórica.

La editorial Micromegas, va a Arco, allí podréis encontrar sus libros, su postales con Misha, la gatita de la editorial, y a Javier Castro y Marisol Salanova. Como sé que les gustan mucho los gatos (también apareció un gato muy bonito de Alberto Ruiz de Samaniego, cuando escribí sobre su ensayo), pues he fotografiado a nuestra gata blanca Mantequilla (de Borja y mía) con el libro sobre la locura del que hablamos. El color blanco puede tener algo de perturbador, de hecho es el color de la camisa de fuerza y de las paredes de los manicomios, además del color que acoge al arte (el cubo blanco que parece soñar con el concepto y la trascendencia) y al escritor (cuando empieza a escribir en el papel o la pantalla), quizás porque es un color para la proyección y para el olvido en el aislamiento, esa ocurrencia es mi idiotez del día.

Yayo Aznar Almazán. Doctora en Historia del Arte, en la actualidad es  profesora titular del Departamento de Historia del Arte en la Universidad Nacional de Educación a Distancia . Sus líneas de investigación actuales se centran en el arte en las últimas décadas (desde 1968) con especial interés en los modos de representación y los nuevos comportamientos artísticos. También trabaja temas relacionados con la revisión y crítica de los modelos de pensamiento heredados de  la Ilustración con especial interés en el tema de la valoración, entendimiento y tratamiento de la locura, así como el modo en que algunos artistas contemporáneos han enfrentado este tema. En los últimos años ha estado invitada a impartir el curso de Doctorado De la locura en el Departamento de Historia del Arte de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Entre sus publicaciones destacan libros como  El cauce de la memoria. Arte en el siglo XIX (Madrid, Istmo, 1998) , Arte de acción(Madrid, Nerea, 2000), La memoria pública (Madrid, UNED, 2002),  El Guernica (Madrid, Edilupa, 2004) y La memoria compartida. España y Argentina en la formación de un imaginario cultural (Paidós, 2005). Ha escrito además numerosos artículos sobre arte contemporáneo en revistas como Fragmentos,  Kalías  o Territorio público,  y algunos textos para catálogos de exposiciones . Ha participado en varios congresos internacionales y ha dirigido algunos seminarios como El arte en el límite de la muerte (Ávila, 2000), El arte en tiempos de guerra (Ávila, 2002) y Un viaje a través de las pasiones. La recuperación de la emoción en el arte de las últimas décadas (Ávila, 2004). En la actualidad es codirectora, con el profesor Javier Hernando Carrasco, de la colección Arte Hoy,  publicada por la editorial Nerea y enteramente dedicada al arte de las últimas décadas.

Por Violeta Nicolás