Retrovisor
Martín López-Vega
2013
papelesmínimos
Retrovisor es la antología de la escritura de Martín López-Vega, poemas escogidos de sus veinte años en la poesía, es una mirada hacia atrás, de ése que ya no es, que fue en un momento determinado. Y es que nuestra propia identidad no es idéntica a través del tiempo que vamos viviendo. Sobre todo los lugares, forman parte de la poesía y de la percepción íntima del escritor. Hay muchas cafeterías, paisajes, y sitios como la peluquería, el parque de las tetas (cerro del Tío Pío), Fundadores 4, Arboles a las afueras de Martigues… que muestran la presencia en un momento dado, el yo estuve ahí, que se torna al mismo tiempo de una belleza efímera, y que liga nuestra historia irremediablemente a esos espacios que nos acogieron. El poeta, dice que su interés espacial, no trata de ser una polaroid sino una radiografía, ya que quiere recoger lo subyacente, como un resto arqueológico, al terreno que pisa. Es un paisaje interior, no solo exterior, busca las correspondencias, y sin duda nos afecta el sitio donde estamos, a la manera quizá de la psicogeografía de los situacionistas. En la presentación del pasado martes, en el especial y auténtico El Garito de La Central de Callo, (Madrid), ante las curiosas e inteligentes preguntas de Mercedes Cebrián, se nos desvela el autor, como una persona práctica, también en la poesía. Le interesa practicar el autoanálisis, poder leer sus poemas y descifrar qué le hacía feliz o no, para así poder dirigirse hacia aquello que le procura mayor felicidad, porque: Vamos a ser felices. Destacan sus autorretratos, y aquellos poemas con títulos de lugares donde estuvo que inspiran e inundan los versos. Nos sorprende con ironía, con extrañamiento, con firmeza, y con cierta nostalgia, donde nos deja un hueco al lector, para que disfrutemos y pensemos en sensaciones análogas quizás, y podamos asentir en silencio, a veces esbozando una sonrisa, otras con sorpresa por sus hallazgos. Porque también nos dijo que hay que desaprender constantemente, y que la poesía conserva un elemento lúdico, y es que como no sabemos cómo funciona, es por eso que no se pierde el interés en ella. Nos dice también en la presentación de su libro que la poética de cada poeta es como un ingrediente de cocina en el poema. Tal y como destaca Mercedes Cebrián, hay serenidad en su poesía, y también hay un interés por la belleza visual, una sensación de que el arte nos salva de alguna manera.
Sin lugar a dudas, es la suya, una apuesta vital por la poesía, por el autoconocimiento.
ESPEJO
En las macetas de la terraza,
abandonadas entre ramas secas
han crecido las ortigas.
Las cuidaré.
PELUQUERÍA
Iba a la peluquería con mi abuela.
Todas aquellas ancianas
con las cabezas metidas en las secadoras
como si les estuviesen limpiando el cerebro
de ideas raras.
Aquellas ancianas
eran unas novelistas magnificas.
Hablaban de las vidas ajenas
y no era fácil darse cuenta
de que sólo hablaban de sí mismas.
La peluquera
era una poeta de última generación.
Cortaba el pelo sin sintaxis
y cotorreaba sin cesar
sobre cosas que nada tenían que ver con la vida.
Para que no se le fuese la permanente
mi abuela dormía con una redecilla en la cabeza.
Para eso, o para evitar que se le llenase
de las ideas raras que los nuevos tiempos
transmitían como alergias.
Martín López-Vega (Po de Llanes, Asturias, en 1975). Licenciado en Filología Española por la Universidad de Oviedo, estudió literatura portuguesa en la Universidade do Minho (Braga) y obtuvo la beca Valle-Inclán de la Academia de España en Roma en 1999. Ha sido redactor del suplemento “El Cultural” del diario “El Mundo”, librero en La Central de Madrid y Barcelona y director editorial de “Vaso Roto ediciones”. Además de los libros de donde se recogen los poemas incluidos en “Retrovisor”, es autor de poema largo “Extracción de la piedra de la cordura” (DVD 2006), y de “Otra vida” (Prensas Universitarias de Zaragoza, 2008), donde traduce parte de la obra poética al asturiano, lengua en la que ha publicado también el ensayo “Obreros de la lluz: Los poetes de la duración y la elexía posmoderna” (Un mar de dudes, 2012). “Libre para partir” (Trabe, 2008) recoge sus últimas crónicas viajeras y “Extravagante tripulación” (Impronta, 2012) una selección de sus entrevistas literarias. Ha escrito crítica literaria en diferentes suplementos culturales. Ha traducido a Lêdo Ivo, Eugénio de Andrade, Jorge de Sena o valter hugo mãe, entre otros. En la actualidad reside en Iowa (EEUU), y trabaja como profesor en la Universidad de Iowa.
Por Violeta Nicolás.