David Villanueva, rompe con los estereotipos, editor y músico, nos encantó anoche con su espontaneidad en la primera parte del concierto y grabación de Esclavos del agua, y con su manera de estar presente en el escenario; un espacio convertido en un lugar agradable, con un perchero, una alfombra, un baúl y un sillón Chester, con la bicicleta, icono de su editorial: Demipage, presidiendo todo.
Se comienza con la presentación de Isabel Mellado -violinista y escritora- a través de un video artístico, lleno de poesía: lo podéis ver en youtube en este link.
Tras la presentación videográfica de Esclavos del agua, aparece solo con dos cubos, para realizar una performance o quizá una acción simbólica, según nos cuenta, un cubo es el planeta y otro el agua que hay en el planeta, hay que repartir el agua, de manera justa, mientras vierte un poco de agua de en el cubo vacío. Conforme va presentando a sus amigos invitados, a Luis Eduardo Aute (que participa en alguna de los libros de Demipage), Juan Carlos Mestre, Santiago Auserón y, Greenwich Village, vierte un poco de agua en el cubo que estaba vacío.
Su música, quizás nos puede recordar por un lado a Joaquin Sabina, por otro lado a Antonio Vega y tal vez, a Manolo García, aunque la verdad no sirven las comparaciones, tiene su propio carácter personal, hay que vivir su música en directo, muy recomendable.
En un momento de la velada, también nos deleitamos con el maravilloso video de Fernanda trías -escritora-, muy poético en el que se refiere al proyecto de David Villanueva, lo podéis ver en youtube, en este link.
Flor de madrugada es una oda a la ciudad, aunque “de asco” como afirmaba críticamente David Villanueva, al fin y al cabo es la ciudad donde habitas, destacaba en la canción un particular solo de piano, con un deje melancólico y al mismo tiempo dinámico, lleno de ritmo.
El gran poeta -premio nacional de poesía- apareció en el escenario con un sombrero y un acordeón, nos encandiló con un alucinante Cavalo morto, un poema que nos invade de tristeza y belleza frágil, “un río que madruga para ir a fabricar el agua de las lágrimas”.
“Cavalo Morto es un lugar que existe en un poema de Lèdo Ivo.
Un poema de Lèdo Ivo es una luciérnaga que busca una moneda perdida. Cada moneda perdida es una golondrina de espaldas posada sobre la luz de un pararrayos. Dentro de un pararrayos hay un bullicio de abejas prehistóricas alrededor de una sandía. En Cavalo Morto las sandías son mujeres semidormidas que tienen en medio del corazón el ruido de un manojo de llaves (…)”.
Santiago Auserón (Juan Perro), resulta ser muy creativo, tal y como nos dice David Villanueva, y otro de sus invitados, el grupo de rock de gran tradición en Madrid, Greenwich Village, representan su aliento.
Al final, tras despedirse, volvieron al escenario, por petición del público, que aplaudíamos y pedíamos otra, otra…, terminaron con una canción preciosa, titulada Moon, que podemos escuchar en youtube o en spotify. Aunque suena mucho mejor en directo, cuenta con un excelente equipo de grandes músicos, y también debe sonar muy bien en el disco grabado en directo ya que de esta forma adquiere aún más intensidad. Esta noche concluye el concierto y grabación de Esclavos del agua, seguro que, al igual que ayer, con mucho talento.
Violeta Nicolás