Cielo lento
Ángela Mallén
Arte Activo ediciones
2011
Cielo lento es la segunda parte de una trilogía en torno al ser humano urbano contemporáneo, un poemario que nos sugiere la ciudad austriaca de Linz donde vivió once años la autora, a modo de diario de a bordo con un gran carácter musical. De hecho nos cita “Sólo me conozco como sinfonía” de Pessoa, la comprensión de uno mismo en tanto ser potencialmente musical. Creo que un ‘cielo lento’ es la percepción de un tiempo despacio, ralentizado ante un tempo interior, en el cual nos podemos recrear contemplativamente, que se nos aparece sin final en su suceder continuo, esto a veces puede complacernos o bien desasosegarnos al presentir nuestra fragilidad. Tras el acertado prólogo de Itziar Mínguez Arnáiz que nos indica el misterio y extrañamiento presente entre sus poemas, se inicia el poemario con unos versos de nuestra Emily Dickinson, aguda y emocional: “algunas cosas hay que vuelan -/pájaros – horas- abejorros- / de estos no hay elegía”. Al enviarme el poemario Ángela, en una nota, me enumeraba una serie de escritores que nos gustan a ambas, y bueno, es emocionante compartir el amor por la literatura. Además me ha llegado el libro cubierto por una hoja de un periódico alemán, “te lo entrego envuelto con palabras alemanas porque así nació”.
Entre sus versos nos ofrece un espacio para acompañarla, a Ángela, que es nuestra guía en la ciudad que intentamos habitar a través del papel, una ciudad que a veces nos parece imaginaria, literaria y otras muy real, sin medida. Descubrimos palabras alemanas en general cotidianas, cuya presencia en el poema se torna sonora y de significado ambiguo. Quizás es como cuando aprendemos un idioma nuevo, y cada palabra que designa algo sencillo de la vida, del viaje y la ciudad, se nos presenta contenida, parece adquirir un sentido en sombra aún por descubrir, descontrolado a la vez que rotundo. En cualquier caso, cada término germano, está delicadamente elegido a través de la intuición de la autora.
Su escritura en algunos poemas resulta etérea no ya por la ausencia de comas o de puntos, sino también por las estructuras que va esbozando, la cual proporciona un ritmo, una cadencia, y un espacio para el despliegue de cada término.
Un fragmento del poema “III taubenmarkt – mercado de las palomas”
Encontramos la naturaleza como fuente de inspiración en numerosas ocasiones, entre sus páginas, nos acerca al río Danubio en una percepción del instante, un fragmento de su poema “XVI (donao- danubio)” :
el agua corre ancha
(su lengua de ahogado)
y parece arrastrar vertiginosamente
cosas que no da tiempo de pensar
es como presenciar el rapto de un secreto
Me ha llamado la atención especialmente la belleza y el valor del “no” varias veces repetido en uno de sus poemas “IX (vier uhr – las cuatro)”
altas horas anhelan nuestro tiempo
de alondra pinzón tábano
son horas en que el viento
es gélido y ulula
(es gélido y ulula
eins zwei drei vier uhr)
horas robledo de una senda
no
horas de un bosque camposanto
no
horas de cumbres tibetanas
no
horas del claustro de un convento
no no y no
estudiemos las huellas
(…)
La autora es licenciada en psicología Clínica por la Universidad de Valencia, con estudios de Pedagogía, Psicología Social y Filología Alemana en Valencia, Austria y Euskadi. Ha sido profesora en la Universidad Johannes Kepler de Linz, Austria. Actualmente vive en Vitoria-Gasteiz donde trabaja como profesora, traductora e intérprete de alemán.
Entre sus publicaciones encontramos, Los caminos a Karyukai (Arte Activo, Vitoria 2005), y los libros de poesía Palabra de elefante (Arte Activo, Vitoria 2007), La noche en una flor de baobab (Andrómina, Córdoba 2009) y Cielo lento (Arte Activo, Vitoria 2011).
Violeta Nicolás