Una joya cinematográfica premiada en Cannes, Estocolmo, los Goya y los Premios del cine Europeo, con 3 Globos de Oro y 13 nominaciones a los Óscar. Alabada por cineastas consagrados como James Cameron o Guillermo del Toro. Un luminoso drama criminal y musical que habla de la búsqueda de redención de alguien con un oscuro pasado, como lo fue el de Carlito Brigante (Al Pacino) en Atrapado por su pasado (Brian de Palma, 1993) y, obviamente, no puede escapar de él. Pero hay una sustanciosa novedad. El protagonista es Juan “Manitas” Del Monte (una soberbia Karla Sofía Gascón), un cruel capo de un cártel de la droga mexicano casado y con hijos que se siente una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre que desea iniciar una vida como tal. “¿Quiere cambiar de vida o convertirse en mujer?”, le preguntan. A lo que él responde, “¿hay alguna diferencia?”. Es el inicio de un cautivador viaje que ha provocado una absurda ola de odio por motivos aún más absurdos contra la película escrita y dirigida por el francés Jaques Audiard (Un profeta, 2010), basada en lo que iba a ser un libreto de ópera en cuatro actos. Vamos al lío…
Una de las críticas feroces giran en torno a que un francés dirija una película que, entre otras muchas cosas, habla de la dura realidad del narcotráfico en México. Vale. Es una película de ficción, no un documental. México es el escenario de la historia, pero podría haber sido otro. No es el único país en el que el narcotráfico se cobra vidas (eso sí, el primero en cuanto a número), pero es como decir que Alan Parker no tendría que haber dirigido El expreso de medianoche (1978) porque nunca estuvo en una cárcel turca.
Otra de las excusas del hate es que, estando la película ambientada en México no la protagonizan actores mexicanos. Bien, crucifiquemos a Spielberg por contar con actores británicos (Ralph Fiennes y Liam Neeson) para interpretar a alemanes en La lista de Schlinder (1993) o a Peter Wier por elegir a Linda Hunt para interpretar a un hombre chino en El año que vivimos peligrosamente (1982). Estamos en la tontería de criticar a los actores que interpretan algo que no son. Por Dios. Entonces, ¿sólo un asesino en serie puede interpretar a uno? ¿Solo un enfermo de SIDA puede encarnar a alguien con esa enfermedad… y la actuación de Matrhew McConaughey en Dallas Buyers Club (2013) es un fraude? ¿Sólo una persona obesa puede interpretar a alguien que lo es y lo que hizo Brendan Fraser en The whale (2022) fue robarle un personaje y trabajo a un actor obeso? ¿Es de juzgado de guardia que Robert Downey Jr. interpretase a un afroamericano en Tropic Thunder (2008)? ¿Qué Leonardo di Caprio diese vida a un discapacitado mental en ¿Quién ama a Gilbert Grape? (1993). El trabajo del actor es interpretar. En todos los sentidos. Es lo grande de su profesión. Como Dustin Hoffman siendo un autista en Rain Man (1988). O Kevin Bacon dando vida a un pedófilo en El leñador (2004). Una cosa es la inclusión, que es maravillosa. Otra muy distinta, la estupidez. Los actores se transforman en otras personas. Psicológica y también físicamente. Punto pelota.
Otra crítica, convertir un tema como el narcotráfico en un musical. ¿En serio? Crucifiquemos entonces también a Roberto Benigni por hacer del holocausto una tragicomedia en La vida es bella (1997). Ya, pero es que no todos cantan bien. Vale, crucifiquemos a Woody Allen por Todos dicen I love you (1996). Ya, pero es que es como utilizar algo “sagrado” para convertirlo en otra cosa. Ok, crucifiquemos a Baz Luhrmann por su versión actualizada y respetando el texto original de Romeo + Julieta (1996).
Por si fuera poco, Jaques Audiard decide rodar la película en castellano. Podría haberlo hecho en inglés, el idioma que domina el mundo, pero no, lo hace en castellano. Que es lo que se habla en México. Eso sí, y aquí es cuando se descubre que, pese a ser un gran director, es un cretino con MAYÚSCULAS. Esta es la razón que da por haberlo hecho: “el español es un idioma de países emergentes, modestos, de gente pobre y migrantes”. Jaques, eres un GILIPOLLAS. Buen director, pero GILIPOLLAS. Estudia un poco. 21 países hablan castellano, que no español. Y, de paso, elegir a una actriz como Selena Gómez que no sabe hablarlo… eso sí que es de juzgado de guardia.
Lo dicho, puede que no os guste. Así es el cine. Pero no os dejéis llevar por esta ola de hate, muchas veces de gente que ni siquiera la ha visto, para privaros de la experiencia de ver EMILIA PÉREZ. Después, decidid por vosotros mismos…
A ver… Yo la vi, si, y me parece mala, no por todo lo que mencionas, la historia es tan inconsistente que deja más preguntas que respuestas, errores garrafa les como que en 5 años los niños son los mismos! No crecieron jamás?? Es insultante cuando el barco ha tanta gente y cambia de sexo y ahora hace una lucha para “encontrarlos” por que es buena??… Como pueden decir que esta hablada en español cuando no hay una frase entera que se entienda en ningún idioma!… Etc… Técnicamente es buena sin duda, pero eso es todo.
DE acuerdo con lo mal hablada en castellano y en el detalle de los niños. El cambio de sexo representa un cambio de vida y de perspectiva respecto a lo que ha hecho en su pasado, algo de lo que, obviamente, no puede escapar
a mi si me gusto, no veo porque muchos la consideran irrespetuosa,creo que es todo lo contrario. y las canciones, si bien son simples, esta bien hechas y en dosis precisa, no llegan a saturar ni convierten la película en un simple musical. Recomendada.
Una obra cinematográfica que pretende ingresar en el muy complejo nivel de “obra de arte”, debe cuidar que cada uno de sus aspectos técnicos, interpretativos, de niveles de producción y cualquier parte de los muchos que componen a una producción cinematográfico, sea POR LO MENOS cubrir un nivel de calidad elevado, por dwcir lo menos. Los ejemplos que mencionas (Spielberg, Allen, Luhrman, etc) son muestras inequívocas de un trabajo genuino, honesto y estéticamente logrado. ¿Logra esto EP? Evidentemente falla en varios renglones, pues muestra una grave falta en el cuidado del acabado, del último paso en la culminación del producto terminado. La música, elbtexti de las canciones, los niveles de producción, la deshonestidad al menospreciar un idioma tan importante como el castellano. Yo no vi a Spielberg decir que La lista de Schindler (así se escribe correctamente) fue filmada en inglés, porque el idioma alemán no funciona o los actores alemanes son malos. Simplemente construyó una obra con altos niveles de producción, con una partitura musical soberbia y una fotografía impecable… y ganó 9 Oscares más otros múltiples premios más. Pero EP está en el candelero por otras razones meta artísticas: es una película inmersa en el pensamiento WOKE que nada tiene qué ver con el arte cinematográfico. Así que su éxito y su fracaso está sustentado en una polémica cultural y social que distingue mucho de haber dejado una huella honesta por ahora.
De acuerdo en el menosprecio a nuestro idioma, la desafortunada elección de Selena Gómez (de hecho nunca he soportado su voz de pito, y totalmente de acuerdo en que las desafortunadas declaraciones de director y protagonista. Pero sigo diciendo que es una gran película.
Un texto muy pobre solo se la pasa comparando la película con películas mucho mejor hechas.
La película es malísima por muchos aspectos, desde la construcción de los personajes donde el personaje de Selena Gómez es convenientemente estupido (no sabe que pareja está transicionando, ni se cuestiona que exista una hermana del manitas que jamás había conocido), Zoe Saldaña se supone que es la brújula moral de la historia la cual solo existe para conveniencia del guión, el personaje de Sofía Gascón es un insulto para la comunidad trans refuerza los estereotipos de género y hasta hace Brown Face (hombre moreno malo, mujer blanca buena), nunca critica el machismo ni la transfobia en la sociedad ni en la criminalidad, se vuelve un panfleto tan mal hecho que hubiera funcionado como parodia sino se hubiera tomado tan en serio, reduce a la comunidad trans a personas “fabricables”, no busca entender la diferencia entre identidad de género, sexo biológico, todo se queda en la superficie, revictimiza a las víctimas del narco, las canciones muchas veces fallan porque son diálogos cantados que no sirven para avanzar en la historia y se vuelve tedioso no poder entender de lo que hablan y así podría seguir y seguir en cada apartado que tiene la película de lo tan mal hecha que está y se puede resumir en un fetiche que tienen los extranjeros por tocar temas desde una superioridad moral y paternalista demostrando un trabajo mediocre aplaudido por ser pornomiseria latinoamericana.
Lamento que no hayas entendido la película…