Antes de que William Petersen se hiciera mundialmente famoso interpretando a Grissom en CSI, Willem Dafoe se convirtiera en estrella y John Turturro fuera muso de los hermanos Coen, juntos protagonizaron la maravillosa VIVIR Y MORIR EN LOS ÁNGELES (1985), dirigida por William Friedkin, responsable, entre otras, de obras maestras como The French Connection (1971), El Exorcista (1973) o la injustamente menospreciada Carga Madlita (1977).
Un thriller policíaco de tipos duros, alcohol y ceniceros rebosantes de colillas, traiciones, venganzas y una persecución para enmarcar que, lejos de ceñirse a un guion predecible, tiene el coraje de no querer satisfacer a la audiencia con un desenlace que te vuela la cabeza. Con dos cojones.
Tarantino dijo en una ocasión “aunque los 80 fue la época en la que probablemente vi más películas en mi vida, creo que el cine de los 80 es, junto con el de los 50, la peor época de la historia de Hollywood”. Seguid online, amigos, porque con estos posts vamos a cerrarle la bocaza a este señor que menosprecia el gran trabajo que muchos cineastas hicieron en esa década y de los que, sin duda, ha bebido más de lo que, seguramente, es capaz de reconocer