Por resumir, tal dÃa como hoy de 1911 el arqueólogo norteamericano Hiram Bingham descubrió la ciudad de Machu Picchu donde Cristo dio las tres voces, que era aquella región abrupta y remota de los Andes peruanos donde la encontró. Y habÃa que echarle pelotas para hacer lo que hizo el colega. Porque lo que Bingham
La batalla de Falkirk
Tal dÃa como el de hoy de 1298, a William Wallace y sus tropas les dieron hasta en el cielo de la boca las del rey Eduardo I de Inglaterra. Fue en Falkirk, en Escocia. Después de esa batalla, Wallace puso pies en polvorosa, reunió a los que quedaron con vida y se dedicó a
Mary Leakey
Para que lo sepáis, tal dÃa como hoy de 1959 Mary Lakey descubrió un trozo de cráneo en la garganta de Olduvai, en Tanzania. Resulta que el cráneo correspondÃa a una especie llamada Paranthropus Boisei, lo que viene a ser el eslabón entre gorilas y seres humanos —esa diferencia imperceptible en muchos casos aún hoy—,
La batalla de Gettysburg
Tal dÃa como hoy de 1863 terminó la batalla de Gettysburg, donde confederados y unionistas se dieron lo que no está en los escritos durante tres dÃas, y que acabó con cerca de 7.000 tipos que se quitaron de fumar y de cualquier otro asunto asÃ, como quien no quiere la cosa. De heridos y
Tal que un dÃa como el de hoy la palmó Michel de Notre-Dame
Tal que un dÃa como el de hoy de 1566 la palmó Michel de Notre-Dame en Salón-de-Provence. Sesenta y tres tacos tenÃa cuando se largó de este barrio para formar parte del otro; al que le cambió la vida cuando decidió irse a estudiar medicina a Montpellier. Porque allà se le ocurrió cambiarse de apellido,
Historias por contar
Ella toca el violÃn. Para ser precisos, lo acaricia, desliza los dedos de la mano izquierda por sus cuerdas. Su mejor amigo, el abrigo de noches de soledad. Él, canta. Un prodigio. Una voz grave, contundente, pero que embauca. Sube notas, las baja. La decena de personas que rodea a la pareja contiene la respiración.
SÃgueme y te seguiré para siempre
Local de moda. Música que martilleaba los oÃdos. Volumen excesivo, cuerpos que se agitaban sudorosos. Gente, mucha gente. En éstas, un tipo se propuso acercarse hasta la barra cruzando un mar de brazos en el aire. La sed, que no perdona. Conseguido el objetivo, se acodó en la barra a la espera de ser atendido.
El whisky de Don Leonardo
OlÃa a Brumel y le encantaba Leonard Cohen. Incluso solÃa vestir como él: pantalón y americana negros, camisa del mismo color y corbata ocasional de idéntica tonalidad. En ocasiones se tocaba la cabeza con un borsalino cuya tonalidad no desentonaba con el vestuario. De tanto verlo de esa guisa supe que llevar sombrero significaba que
La muerte dulce
Hay dÃas que nunca se sabe cuándo ni cómo terminarán. El que ambos contemplaban al pie de la ventana, con la amanecida, parecÃa estar a punto de concluir. De pie y desnudos, él abrazándola a ella por la espalda, escrutaban un paisaje de olas tranquilas, de mujeres dándose el primer baño de la jornada y
El desconocido del mar
Ante sus ojos, el infinito azul. A su espalda, un horizonte negro salpicado de certezas.