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Ocio y negocio

Me sobran dedos en una mano para contar los días que me faltan para irme de vacaciones. Quién hubiera dicho que llegaría este momento allá por las interminables cimas otoñales de principio de curso. Pero todo llega si uno no se muere y tiene paciencia y voluntad para esperar y provocar y también un poco de suerte, está claro.

Las vacaciones nacen del verbo vacare que es estar vacante, libre, andar ocioso. Y ocioso es quien practica el ocio, en latín otium, es decir: descanso. Frente al ocio, como algo negativo, se define el negocio que no es otra cosa que la negación del ocio, nec otium: trabajo, estar ocupado.

Mis vacaciones son precisamente ociosas. Me voy a mi pueblo, me suelo levantar a la misma hora que durante el año, pero por decisión propia y sin despertador, leo, paseo hasta el río o subo al monte, tomo el vino, como, siesta, sigo con el libro o juego la partida, desterradas las prisas,… y si hay verbena en alguno de los pueblos de al lado, algo estadísticamente muy probable en estas fechas, nos acercamos, ya casi más por tradición que por cuerpo de jota. Mis vacaciones son un tiempo pausado y apenas doloroso, para conversaciones y también para largos silencios. E incluso, labores que bien podrían confundirse con negocios, como pintar algunos tiestos o ventanas, coger piedras del río o cavar y regar el huerto, siguen siendo ocio para mí, pues son descanso de mente y ánimo.

No sé cuánto tiempo podré mantener este espíritu vacacional de indolencia, pues es evidente que, desde hace unos años, las fuerzas oscuras de este mundo conspiran para convertir las vacaciones en una ocupación más, sin respiro sin descanso, con cuadrante, horarios y planes para todos y cada uno de los días de asueto estival. Sus estrategias son tan variadas como perversas y a veces tan sutiles que es fácil caer en ellas. Por ejemplo con sólo cambiar una palabra al inglés y en lugar de caminar decir trekking, convierten un placentero paseo congruente con las vacaciones en un neg-ocio.

Como yo no quiero cargarles con la ocupación de leer estas columnas, me despido de ustedes hasta nuevo aviso y les animo a que no hagan nada estas vacaciones.

Salud.

www.oscarmprieto.com

 

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