De nuevo nos equivocamos. De nuevo nuestras frustraciones nos llevan a señalar con el dedo al hombre equivocado. Qué mala es la envidia… Porque aún enfrentándose a imputaciones que suman hasta 10 años de prisión por su presunta responsabilidad en la trama fraudulenta que ha sacado los colores (por si no los teníamos claros) de

 
									 
									 
																					 
																			 
			
		
 
  
			




 
 
									


 
					