Te mueres sangrando como un cerdo. Por la boca y por el recto. Lo que genera un shock en tu organismo. Y a las dos semanas… estás muerto. No hay cura, ni vacuna, ni hostias. Si lo pillas, tienes un 90% de probabilidades de palmarla. Después de sufrir un calvario de vómitos incontrolables, diarrea sangrienta,