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DE PALMA RARA AVIS: EL FANTASMA DEL PARAÍSO

Hay directores que sigues, con una filmografía más o menos homogénea en cuanto a género y técnica narrativa. Tienen su SELLO. Su FIRMA. Su IMPRONTA. Pero, de repente, hay una película que lo rompe todo. Una RARA AVIS, la excepción a la regla. Y ahí nace la SORPRESA. Pongamos el ejemplo de Brian de Palma, muy influido por Hitchcock con películas como Vestida para matar (1980), Impacto (1981) o Doble cuerpo (1984), especialista en thrillers policíacos y criminales como El precio del poder (1983), Atrapado por su pasado (1992), Ojos de serpiente (1998) o La dalia negra (2006) y creador de blockbusters como Los intocables (1987) o Misión imposible (1996). Pues bien, ¿y si os digo que tiene un MUSICAL glam y rockero con mucho de El fantasma de la ópera (Gastón Leroux, 1910) y otro tanto de El retrato de Dorian Gray (Oscar Wilde, 1890) y Fausto (Goethe, 1832)? Esa RARA AVIS existe. Es una JOYA. Y se titula EL FANTASMA DEL PARAÍSO (1974). Vamos al lío…

EL FANTASMA DEL PARAÍSO nos cuenta la trágica historia de Winslow (William Finley), cantante y compositor que contacta con Swan (Paul Williams), un famoso productor musical para que produzca su obra definitiva: una cantata rock. Swan queda fascinado por la obra y la elige para inaugurar su próxima creación: El Paraíso, un teatro dedicado al rock. Pero el contrato que firma Winslow con su propia sangre va más allá de un mero acuerdo económico: además de cederle todos los derechos musicales de su obra está vendiendo su alma a Swan. Una estrategia que el productor utiliza a menudo y le permite no envejecer. Cuando Winslow se da cuenta de que ha caído en una trampa y Swan decide, además, modificar su obra y prescindir de Phoenix (Jessica Harper) la cantante que él eligió para dar vida a la protagonista y sustituirla por un hombre, intentará poner las cosas en su sitio. Pero Swan es demasiado poderoso y Winslow acaba en la cárcel y desfigurado. Será entonces cuando planee su VENGANZA para acabar con Swan y recuperar a Phoenix y, como no, su obra.

Musical glam, excesivo y rockero, con buenas dosis de terror y sordidez. Tan grotesca como desenfrenada y exagerada. Una crítica mordaz al éxito que algunos están dispuestos a conseguir, y conservar, al cualquier precio. Con una estética, un vestuario y unas canciones que solo un año después inspirarían buena parte de otra auténtica joya, The Rocky Horror Picture Show (Jim Sharman), El fantasma del paraíso es una MARAVILLA IMPRESCINDIBLE que estuvo nominada al Oscar a la mejor canción original, al Globo de Oro a la mejor banda sonora y al premio del Sindicato de guionistas al mejor guion original de Comedia (que, todo hay que decirlo, de comedia tiene bastante poco).

Ninguno de sus protagonistas volvió a hacer nada de relevancia si bien Paul Williams, el pérfido Swan, es además, un reconocido cantante y compositor que en 1977 se llevó el Óscar junto a Barbra Streisand por la composición conjunta de la canción ‘Evergreen’ de la banda sonora de Ha nacido una estrella (1976). De Palma solo volvió a tocar el terror una vez más. Dos años más tarde, con Carrie. Y visto lo bien que lo hizo en ambas ocasiones solo podemos esperar que lo haga una tercera…

 

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